Venezuela responsabilizó al uruguayo Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), de los muertos, heridos y violaciones de los Derechos Humanos que se produjeron en Bolivia al involucrarse en el proceso electoral para facilitar el golpe de Estado que derrocó a Evo Morales.
El ministro de Asuntos Exteriores bolivariano, Jorge Arreaza, hizo referencia mediante su cuenta de Twitter del reciente informe, en el cual se cuestionaron las acusaciones de fraude electoral esgrimidas por la OEA y la oposición boliviana de los comicios del pasado 20 de octubre, tras los cuales Morales decidió renunciar
La OEA se involucró en el proceso electoral de Bolivia para facilitar el golpe de Estado. Sobre Almagro recae la responsabilidad por los muertos, heridos y violaciones a los derechos humanos desatadas tras el golpe. El estudio del MIT es concluyente: ¡No hubo fraude!, sentenció Arreaza.
En el mismo sentido se había expresado también el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para quien el informe del MIT evidencia la injerencia de la OEA en el proceso electoral de Bolivia.
El MIT hizo público hace unos días un estudio en el cual se concluyó que Morales habría logrado los resultados que obtuvo en las elecciones del 20 de noviembre sin recurrir a ningún tipo de artimaña, calificando de defectuosos los análisis y las conclusiones de la OEA.
Sin embargo, este organismo rechazó la investigación académica del MIT al que acusó de manipular de manera deliberada su informe acerca de las elecciones.
Las irregularidades halladas por un equipo de expertos de la OEA propiciaron fuertes protestas en el país que llevaron, el 10 de noviembre, al abandono de Morales, que se instaló poco después como refugiado político en Argentina tras pasar por México y Cuba.
El acuerdo para celebrar nuevas elecciones le impedía ser candidato presidencial, por lo que intentó conseguir un escaño al Senado, pero el Tribunal Supremo Electoral (TSE) inhabilitó su candidatura de manera presuntamente irregular.
El 3 de mayo Bolivia aspira a zanjar la crisis política que se desató tras las elecciones del 20 de octubre. Más de 30 personas murieron en los enfrentamientos entre simpatizantes y detractores de Morales y con las fuerzas de seguridad