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China considera aplazar sesión anual de Asamblea Popular por brote de COVID19

Martes, 18 de febrero de 2020 - 07:37 UTC
El evento celebrado en marzo durante los últimos 35 años ininterrumpidamente, representa la mayor cita anual en el calendario político chino El evento celebrado en marzo durante los últimos 35 años ininterrumpidamente, representa la mayor cita anual en el calendario político chino

China evalúa aplazar la sesión anual de su órgano legislativo, la Asamblea Nacional Popular (APN), la reunión política más importante del año, “para dar máxima prioridad a la vida, la seguridad y la salud de las personas”, en el marco del aumento de contagios por coronavirus.

Este evento, celebrado en el mes de marzo durante los últimos 35 años ininterrumpidamente, representa la mayor cita anual en el calendario político chino, y reúne en Beijing a alrededor de 3.000 delegados llegados de todas partes del país para promulgar leyes y supervisar la labor del Gobierno.

La Constitución ordena que la APN se reúne una vez al año, convocada por su Comité Permanente, que tiene también la potestad de decidir una postergación de la sesión.

La propuesta de aplazamiento fue planteada en la reunión de los presidentes del APN, informó Zang Tiewei, portavoz de la Comisión de Asuntos Legislativos, quien explicó las consideraciones detrás de la medida.

“Este año estaba programado para el 5 de marzo en Beijing, pero el brote de Covid-19, la neumonía causada por el nuevo coronavirus, la prevención y el control de la epidemia se han convertido en la labor más importante. Es ahora un momento crucial para frenar la propagación del virus y ganar la batalla, por lo que no se deben escatimar esfuerzos”, señaló.

Hasta la fecha, el Covid-19 infectó a más de 70.000 personas en China, provocado la muerte de 1.772 y forzado al cierre y clausura de escuelas, centros de ocio y eventos en los que se puedan producir aglomeraciones que faciliten su transmisión.

Como parte de esas medidas de control para atajar la epidemia, Beijing obliga a todas las personas que lleguen de fuera de la capital -ya sea de otras regiones chinas o del extranjero- a someterse a una cuarentena de 14 días.

Para algunos analistas, el aplazamiento indicaría la determinación de Beijing de acabar con el brote y conseguir que la Organización Mundial de la Salud deje de considerarla una emergencia internacional de salud pública.