Las Fuerzas Armadas y la Policía bolivianas reprimieron este martes a un grupo de manifestantes que bloqueaban una estratégica planta de hidrocarburos de El Alto y al menos seis personas murieron, mientras en La Paz, el partido del exiliado Evo Morales canceló la sesión para convocar a elecciones para contribuir a la generación de un ambiente propicio para el diálogo.
Después de reiteradas amenazas del gobierno autoproclamado de Jeanine Áñez, cientos de militares y policías rodearon la planta de Senkata y avanzaron hasta retomar el control de la entrada y salida de camiones.
La prensa boliviana informó en un principio que los militares y policías dispararon granadas de gas lacrimógeno para despejar el camino hacia Senkata, pese a que los manifestantes aseguraron que accedieron a permitir el paso de la caravana que trasladaba gas para la capital. Poco después el canal ruso RT mostró imágenes de corridas y represión con armas de fuego.
Un informe de la Defensoría del Pueblo, citado por el diario local La Razón y el canal ruso RT, informó que al menos seis manifestantes murieron y alrededor de 30 resultaron heridos. Las dos víctimas fatales identificadas fallecieron por disparos de bala.
Poco antes, el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrão, había asegurado que el saldo de víctimas en Bolivia desde las elecciones del 20 de octubre es de 23 muertos y 715 heridos, y había anunciado que el viernes llegaría él personalmente al frente de una comitiva, para evaluar durante cuatro días la situación en Bolivia.
El lunes por la noche Anoche, un policía falleció, lo que eleva el número de muertos total desde el 20 de octubre a 30. En tanto, la casa de la alcaldesa de El Alto y opositora a Morales, Soledad Chapetón, fue incendiada, según denunció la agencia de noticias Fides.
En tanto en el Legislativo dominado por el MAS del renunciante presidente Evo Morales, su presidente Eva Copa, suspendió la sesión que había convocado para presentar un anteproyecto de ley de anulación de las elecciones del 20 de octubre y convocatoria de nuevos comicios.
Copa explicó en un comunicado que suspendió la sesión para contribuir a la generación de un ambiente propicio para el diálogo, luego que varios legisladores aliados a Áñez la acusaron de intentar sesionar para rechazar la renuncia de Morales.
Ellos pretenden el día de hoy realizar una Asamblea Legislativa Plurinacional en la cual aparentemente pretenden rechazar la renuncia de Evo Morales y prácticamente generar un doble gobierno y creo que eso es lo que los bolivianos no queremos, aseguró ante la prensa la jefa de bancada de Unidad Demócrata (UD) en la Cámara de Diputados, Shirley Franco.
Para evitar que la primera sesión del pleno de las dos cámaras fuera rechazada y denunciada por todas las bancadas minoritarias, el MAS, que posee mayoría en Diputados y el Senado, postergó la convocatoria para mañana miércoles y la circunscribió a la cámara alta.
Las renuncias de Morales y García Linera solo pueden ser tratadas por el pleno de ambas cámaras, es decir, la Asamblea Legislativa.
“Los asambleístas tenemos la predisposición de ir a una elección, por eso mañana estamos convocando a la plenaria en la Cámara de Senadores para poder encarar un anteproyecto de ley para llamar a una nueva elección lo más antes posible, como dice el mandato del pueblo”, explicó Eva Copa en una rueda de prensa.
Por su parte, el renunciante ex presidente Evo Morales, ratificó que no volverá a presentarse a elecciones y descartó desmovilizar a los miles de simpatizantes que exigen su regreso al cargo si no existen garantías de seguridad y castigo por las muertes de más de 20 manifestantes en las protestas contra su salida del poder.
Así lo señaló Morales en una entrevista concedida a la agencia alemana de noticias DPA, en la que subrayó que la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, que asumió el cargo en una sesión sin quórum legislativo, le haría un gran favor a la democracia si dimitiera.
Para Morales, el de Áñez es un gobierno de facto que, primero, debería dar garantías porque injustamente ex ministros y asambleístas están siendo perseguidos y amenazados, y en segundo lugar consideró que tiene que haber una comisión nacional e internacional para dar con los autores intelectuales y materiales de semejante masacre.
El primer presidente indígena boliviano, de 60 años, se asiló en México hace una semana tras denunciar un golpe de Estado que lo obligó a dejar el cargo, presionado por la cúpula militar boliviana, en medio de protestas ciudadanas y denuncias de la OEA sobre irregularidades en las elecciones del 20 de octubre, tras un escrutinio que lo dio como ganador en primera ronda para un cuarto mandato.