En mayo de 2018, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, asumió por cuarta vez seguida la cabeza del Kremlin, lo que le permitió que este viernes, celebre 20 años en lo más alto del poder en su país. A pesar de varios avances, su último periodo ha sido foco de críticas por vastos grupos de jóvenes que quieren evitar una posible -aunque imposibilitada por la Constitución- reelección posterior a 2024.
Putin llegó al poder en 1999 cuando Boris Yeltsin lo nombró como primer ministro, cuando el actual Mandatario era el director del Servicio Federal de Seguridad -que se llama así tras la caída de la KGB. Su asunción, en parte, se debe a que muchos lo veían como un personaje capaz de poner fin a la inestabilidad política y que podía normalizar la crisis en el Cáucaso.
Según se mencionó en ese entonces, Yeltsin nombró a Putin, quien tenía 46 años, como su quinto premier de 1999, sucediendo así a Sergúei Stepashin. El entonces líder de la nación dijo que él era su principal candidato para sucederlo y que era capaz de unir a los que desean la renovación de la Gran Rusia en el siglo XXI. Además, veía en él alguien que podía continuar las reformas en Rusia.
En posesión del poder, Putin le tendió una mano a quien fuera su jefe y, como primera medida, lo blindó, junto a su familia, para que no fuera procesado de forma penal o administrativa, ya que los tribunales buscaban citar a Yeltsin por el Kremlingate -revelación de casos de corrupción , fraudes económicos y lavado de dinero en el que habría incurrido.
Putin ha estado en cuatro periodos casi ininterrumpidos como Presidente: en 1999 Yeltsin lo coloca en el poder como primer ministro y en el año 2000 es elegido como Presidente -hasta 2008, los periodos presidenciales duraban cuatro años y, además, se limitaron a dos los mandatos consecutivos para un Mandatario-, en 2004 es reelegido y en 2008 se convierte en el primer ministro de Dimitri Medvedev ante la imposibilidad de una nueva reelección. No obstante, en 2012 vuelve a la presidencia, donde fue reelecto en 2018.
En sus dos décadas de gestión, el Mandatario ruso ha logrado que su nación crezca -en varios ámbitos- de forma interna, aunque existen otros índices que han sido criticados por varias agrupaciones internacionales. En 2018, la BBC analizó cómo ha cambiado Rusia con Putin, en donde se resaltó la reducción de la pobreza. En 2018, un 13,4% de sus habitantes estaban por debajo de este indicador, una cifra bastante menor al 28,4% que se registró cuando sucedió a Yeltsin. Además, a principios de este año, el Mandatario dijo que espera reducir este número a la mitad para 2024.
En cuanto a los sueldos, en su primer mandato, estos aumentaron en casi un 10% anual, pero, desde el 2012, las cifras no se reprodujeron de la misma forma, aunque entre 2011 y 2014 el ingreso aumentó en un 11%. En otro ámbito, el uso del internet creció y disminuyó el número de bibliotecas públicas. Por otro lado, la tasa de natalidad ha sido un aspecto que ha ido a la baja, y que Putin ha querido trabajar, tal como lo propuso en 2012 cuando buscaba ser nuevamente Presidente.
En ese momento, dijo que gastaría US$53.000 millones para aumentarla, aunque en ese mismo año, la tasa de mortalidad superó a la de nacimientos por primera vez en años. Entre otros datos, la esperanza de vida incrementó de 66 a 72,1 años. Sin embargo, hay datos negativos: Reporteros Sin Fronteras ubicó a Rusia como el 149° país (de 180) en el ranking de libertad de prensa; y en 2018 Transparencia Internacional colocó a la nación como en el puesto 138 (de 180) en el ranking planetario de transparencia.
Desde que asumió la cabeza del Kremlin, Putin ha estado activo en varios acontecimientos internacionales, sobre todo, en aquellos que se encuentran cerca de su país. El 1 de octubre de 1999, ordenó la conocida segunda ofensiva contra Chechenia -conflicto que se extiende desde hace varios años y que se produjo cuando esta nación proclamó su independencia, lo que derivó en un conflicto bélico con Rusia. Cabe mencionar que el ataque ordenado por el entonces premier aumentó su popularidad.
En septiembre de 2004 su país sufrió la masacre de Beslán, cuando terroristas musulmanes atacaron un colegio en esa ciudad de Osetia del Norte, lo cual dejó más de 300 muertos. Este suceso, considerado como una de las crisis más graves que sufrió Putin en el poder, le significó una desconfianza de la opinión pública hacia su mandato. Un polémico hecho que ha encabezado su gestión fue la anexión de Crimea -en ese entonces de Ucrania- a Rusia, lo cual fue celebrado por su nación, ya que siempre consideró estos territorios como propios, aunque desencadenó en una gran cantidad de sanciones internacionales. Fuera de los conflictos que afectan a su región, conocidos son los cruces entre Putin y los Gobiernos que ha tenido Estados Unidos, donde la diferencia de opiniones es evidente.
La Constitución rusa no permite que Putin siga en el poder posterior a 2024, pero quedan dudas sobre si se cumplirá tal hecho -motivo por el cual grupos de jóvenes ha salido a manifestarse. Según el director del Centro Levada, Lev Gudkov, el deseo de más de la mitad de la población (54%) es que el Mandatario siga en el cargo, ya que no habría mayores alternativas para cambiarlo.