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Escaladores profesionales esperan que Nepal limite el acceso al Everest de entusiastas montañistas

Martes, 28 de mayo de 2019 - 09:02 UTC
Para el 2018, 807 escaladores lo subieron, cifra récord en un año, y más de 4.800 lo han subido en toda su historia Para el 2018, 807 escaladores lo subieron, cifra récord en un año, y más de 4.800 lo han subido en toda su historia
No es nuevo lo que se presenta en la foto de Purja. En efecto asombra y asustan las largas filas de montañistas que se forman para llegar a la cima No es nuevo lo que se presenta en la foto de Purja. En efecto asombra y asustan las largas filas de montañistas que se forman para llegar a la cima
“Estaba a unos 7.900 metros y vi a la distancia una 'serpiente humana'. Había como 39 expediciones al mismo tiempo, lo que serían un poco más de 600 personas” “Estaba a unos 7.900 metros y vi a la distancia una 'serpiente humana'. Había como 39 expediciones al mismo tiempo, lo que serían un poco más de 600 personas”

La cima del monte Everest, la montaña más alta del mundo con 8.848 metros de altura, se convirtió en el anhelo de varios montañistas y fanáticos de todo el orbe, por lo que los intentos para llegar a su cumbre fueron infructuosos al comienzo.

Desde el desembarco del neozelandés Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay en 1953, varios han repetido su hazaña. Los motivos son varios, como desafiarse a sí mismo o cumplir deseos de niño, pero, al parecer, esta búsqueda se ha desproporcionado. Así lo demuestra una impactante foto tomada por el montañista Nirmal Purja, quien mostró al mundo la situación que se vive a más de ocho mil metros de altura.

Una larga fila de personas, algunos sentados y otros de pie, esperando por su momento para llegar a la cima. Todos envueltos en abrigos y varios elementos de protección. “No puedo creer lo que he visto allá arriba. Muerte. Colas. Caos. Cadáveres en el camino y en las carpas del campamento. Gente a la que intenté convencer de volver, pero que acabó muriendo” fueron las palabras del alpinista Elia Saikaly, quien comentó en Instagram lo que ha vivido en su experiencia.

¿Qué es lo que pasa en Nepal? Nada nuevo según los guías. Mingma Sherpa, presidente de la agencia de Seven Summits Treaks, asegura a BBC Mundo que “es normal que haya una multitud”. De todos modos sorprende, ya que la mejor temporada para practicar el alpinismo en el Everest suele ser en mayo, si no, los montañistas se enfrentan no sólo a temperaturas bajo cero, sino a los fuertes vientos y posibles avalanchas que implican un ambiente hostil para el ser humano.

Para el 2018, 807 escaladores lo subieron, cifra récord en un año, y más de 4.800 lo han subido en toda su historia. El número de interesados en subir el monte aumenta cada temporada y la formación de las largas filas se suele producir luego de varios días de espera. ”Si hay una semana (de clima seguro), entonces la cumbre no estará llena. Pero, a veces, cuando hay tiempo de espera de dos o tres días, se llena mucho, ya que todos los escaladores intentan llegar a la cumbre al mismo tiempo“, menciona Sherpa al medio inglés.

No es nuevo lo que se presenta en la foto de Purja. The Guardian señala que ya en 2012, el alemán Ralf Dujmovits también subió una foto, demostrando su asombro y terror por las largas filas de montañistas que se formaban para llegar a la cima. Esto, mientras descendía de forma cautelosa y bajo difíciles condiciones. ”Estaba a eso de 7.900 metros y vi a la distancia una 'serpiente humana'. Había como 39 expediciones a la montaña al mismo tiempo, lo que serían un poco más de 600 personas. Yo nunca había visto al Everest tan lleno antes“, dijo.

Cuando volvió a su hogar, confesó que pensó en lo ”absurdo de la escena“. ”Viéndolos, tuve un gran presentimiento que no todos ellos iban a volver“, dijo, agregando que tuvo un sentimiento de tristeza por la montaña, por la que tiene un ”inmenso respeto junto a los experimentados sherpas (...). Ahora las personas tratan la montaña como si fuera una aparato deportivo, no una fuerza de la naturaleza. Eso me duele en el alma“, agregó.

El aumento de visitantes se suma a las críticas de distintas autoridades por la cantidad de basura que se deja en los campamentos -este año se recolectaron 10 toneladas de escombros, según las autoridades de Nepal. A esto se agrega la gran cantidad de cuerpos de excursionistas que han fallecido en la travesía y que no han podido ser recuperados.

Este lunes, la jornada de expediciones se mantenía como cualquier otra, a esperas de su fin, que se avizora para esta semana, aunque esta temporada se diferenció de otras por su mortalidad, ya que diez personas fallecieron por peligros propios de la extrema altura y atascos. Varios de estos decesos se produjeron en la ”zona de la muerte“, sector donde se pierde un tiempo clave y aumenta la posibilidad de congelarse.

La alpinista india Ameesha Chauhan dijo que ”tenía la impresión que el Everest estaba repleto. Solamente los alpinistas con algunas aptitudes y una cierta experiencia deberían tener permiso”, agregó.

No es casualidad esta realidad, ya que este año, Nepal otorgó 381 permisos -cifra récord- para la escalada del Everest, mientras que por el lado chino, se sumaron otros 140. Desde los años 90', los nepalíes liberaron el ascenso a su cumbre, por lo que se entiende el aumento de turistas. Ahora habrá que ver si reaccionan las autoridades para intentar controlar esta situación y evitar estos atochamientos a ocho mil metros sobre el nivel del mar