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Desde hoy rige la nueva definición científica del kilogramo, sin impacto para consumidores

Lunes, 20 de mayo de 2019 - 10:22 UTC
De esta forma, el kilo ya no será calculado como se había hecho por más de 120 años, es decir con una brillante pieza de platino-iridio guardada en París De esta forma, el kilo ya no será calculado como se había hecho por más de 120 años, es decir con una brillante pieza de platino-iridio guardada en París

Desde este lunes comienza a regir la nueva definición del kilogramo, luego de que junto al amperio, el kelvin y el mol, la medida fuera redefinida el año pasado en la Conferencia General Sobre Pesos y Medidas (CGPM), constituyendo la mayor revisión del Sistema Internacional de Unidades desde su instauración en 1960.

De esta forma, el kilo ya no será calculado como se había hecho por más de 120 años, es decir con una brillante pieza de platino-iridio guardada en París. Desde hoy, el kilogramo se definirá a partir de constantes físicas de la naturaleza. ¿Notaremos alguna diferencia?, la respuesta a la pregunta es que no, pues al momento de comprar alimentos o subirnos a la balanza para controlar nuestro peso todo será igual, sin embargo, los científicos podrán beneficiarse profundamente de este cambio, pues les permitirá trabajar a cualquier escala sin perder precisión.

Justamente ahí radicaba el principal problema de la forma en que estaba definido el kilo hasta el domingo, pues el “prototipo internacional” del kilogramo no pesa siempre lo mismo. Incluso -a pesar de estar resguardado dentro de las tres campanas de cristal-, se llena de polvo y se ensucia, y es afectado por la atmósfera también. “Vivimos en un mundo moderno. Hay contaminantes en la atmósfera que pueden pegarse a la masa”, explicó Ian Robinson, del Laboratorio Nacional de Física de Reino Unido durante el proceso de redefinición.

“Así que cuando lo sacas de la cúpula está algo sucio. Pero el proceso de limpieza, manejo o uso de la masa puede cambiar su masa. Así que tal vez no es la mejor manera de definir la masa”, agregó.

Con lo anterior, la Conferencia General de Pesos y Medidas reunió a científicos de 60 países y selló un histórico acuerdo, que culminó en que el kilo se definirá en relación con la constante de Planck ( h). El

Planck debe su nombre a uno de sus padres, el físico y matemático alemán Max Planck y es una constante física considerada invariable, con un valor adimensional y universal que puede ser reproducida en un laboratorio sin estar sujeta a un objeto físico.

En ese sentido, Héctor Laiz, gerente de Metrología, Calidad y Ambiente del INTI y uno de los 18 integrantes del Comité Internacional de Pesos y Medidas que elaboró las recomendaciones para esta reconversión- explicó a La Nación de Argentina que determinar esta nueva medición demoró 12 años por las dificultades experimentales que implica.

“En su momento, había dos líneas para la redefinición del kg. Una planteaba que había que usar la constante de Planck y la otra, que había que determinarlo en función de la masa de una partícula. ¿Por qué se impuso la constante de Planck? Bueno, porque para los físicos es más fundamental. La masa de un átomo depende de si está en estado de reposo, si está aislado o vinculado con otros... En cambio la constante de

Planck relaciona la energía de un fotón con la frecuencia de su onda electromagnética, es la constante básica de la física cuántica. Se mide en kilogramos por metro al cuadrado sobre segundo. Como ya tengo definido el segundo y el metro, asignándole un valor a la constante de Planck estoy definiendo el kilogramo”, precisó.

En tanto, con la firma del acuerdo, otras tres unidades serán calculadas en relación con constantes válidas en la Tierra o en cualquier lugar del universo: El ampere, por la carga eléctrica del electrón (e); el kelvin, por la constante de Boltzmann (k) y el mol, por la de Avogadro.