El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, parece decidido a entrar nuevamente en campaña electoral, pero ahora en Argentina, al manifestar su temor a que la ex mandataria Cristina Fernández (2007-2015) gane los comicios de octubre en el país vecino.
En dos ocasiones durante esta semana, el líder brasileño se pronunció sobre la situación en Argentina, donde la popularidad del actual presidente, el conservador Mauricio Macri, se ha derrumbado en medio de una acuciante crisis económica.
La primera fue este jueves, durante una trasmisión en vivo que lleva a cabo semanalmente por medio de sus redes sociales, en la que abiertamente dijo que pide a Dios que Cristina Fernández no regrese al poder, pues la querida Argentina se convertirá en una Venezuela.
También dijo esperar que los argentinos sean conscientes de ello y que, si están descontentos con Macri, tengan paciencia y luchen para mejorar, pero optando en las urnas por alguien de su línea.
Más simbólico pareció un mensaje similar que dirigió durante un acto celebrado en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería en Brasilia, en homenaje a los graduados de la escuela diplomática y al que asistieron embajadores y representantes de decenas de países.
Además de Venezuela, la preocupación de todos nosotros debe ser también Argentina y por quién puede volver a gobernar ese país, dijo Bolsonaro en clara referencia a Cristina Fernández, a quien algunas encuestas ya señalan como favorita para ganar las próximas elecciones.
No queremos otra Venezuela al sur del continente, manifestó el presidente brasileño, quien tiene previsto hacer su primera visita oficial al país austral el próximo 6 de junio, cuando será recibido por Macri en Buenos Aires.
Asimismo, el pasado 25 de abril, Bolsonaro ya había manifestado a la prensa en Brasilia su preocupación por que Argentina se transformara en otra Venezuela, si la oposición de ese país, encarnada en el kirchnerismo, volviera al poder.
Los mensajes de Bolsonaro sobre Argentina se encuadran en lo que ya defendía desde el año pasado en su campaña electoral y acentuó desde que asumió el poder, en relación con la necesidad de luchar contra la izquierda que, en su opinión, tienen todos los países de América Latina.
De hecho, Bolsonaro auspició en diciembre pasado la celebración de lo que fue bautizado como Primera Cumbre Conservadora de las Américas, que congregó en Brasil a representantes de la derecha continental que se comprometieron a librar una lucha amplia por la libertad, la democracia y el libre comercio.
Sin embargo, diplomáticos extranjeros dudaron sobre el efecto que pueda tener el mensaje de Bolsonaro entre los argentinos y aún en el propio entorno de Macri, que encarna una derecha mucho más cercana al centro.
Si bien Bolsonaro y Macri se distancian en algunos puntos de la llamada agenda de valores, tienen grandes coincidencias en materia económica y precisamente en ese punto es que hasta ahora ha fallado el Gobierno del conservador argentino.
De todos modos, en el entorno de Bolsonaro, y sobre todo entre los miembros de su equipo económico, hay quien critica en privado el gradualismo con el que Macri afrontó la delicada situación financiera que recibió después de casi 13 años de gestión continua del fallecido Néstor Kirchner y su esposa Cristina Fernández (mayo 2003- diciembre 2015).
Pero hasta el 'gradualismo' de Macri siempre será más aceptable para Bolsonaro que un nuevo Gobierno de Fernández, que alteraría, además, la actual relación de fuerzas en el Mercosur.