El gobierno de Daniel Ortega y la oposición rompieron el impasse en sus conversaciones en busca de una salida a la crisis política en Nicaragua, al definir una hoja de ruta para negociar, con los jerarcas católicos y evangélicos como testigos.
El acuerdo fue alcanzado tras cinco rondas de diálogo entre el gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), con la participación del nuncio apostólico, Waldemar Stanislaw Sommertag, como testigo.
Se aprobó la hoja de ruta, anunció el nuncio en una rueda de prensa en la sede del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), 15 km al sur de la capital, donde se desarrollan las negociaciones desde el pasado 27 de febrero, y que deberán finalizar el 28 de marzo.
Como parte del acuerdo, las partes invitaron al nuncio a continuar como testigo y acompañante internacional del diálogo, y al cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y al pastor Ulises Rivera, coordinador de pastores evangélicos, como testigos y acompañantes nacionales.
Brenes informó a la prensa que este viernes dará una respuesta a la invitación, después de reunirse con los diez obispos de la jerarquía católica en Managua. El secretario y portavoz del CEN, el obispo de Estelí, Abelardo Matta, dijo que analizarán la participación de la Iglesia católica, que sirvió de mediadora en el primer diálogo que el gobierno abrió con la oposición en medio de las protestas que estallaron el año pasado, y que colapsó en junio por la represión a las manifestaciones.
La represión a la ola de protestas antigubernamentales que estalló en abril dejó al menos 325 muertos, más de 700 detenidos y miles de exiliados en países vecinos, según organismos de derechos humanos.