Con distintos niveles de preocupación han reaccionado los países miembros del Grupo de Lima ante la operación humanitaria convocada por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, la cual tendrá su epicentro desde este viernes en Cúcuta y cuyo objetivo central es sortear el bloqueo de la ayuda por parte del régimen de Nicolás Maduro.
Y es que pese a que todos han condenado la permanencia del líder chavista en el poder y han comprometido su respaldo a quien encabeza la Asamblea Nacional, algunos de sus mandatarios han optado por observar con prudencia lo que pueda ocurrir este 23 de febrero, mientras otros tomaron un rol protagónico en el esfuerzo por vulnerar la prohibición de Maduro.
Ese es el caso del presidente de Chile, Sebastián Piñera, el más visible en esa causa junto con su par de Colombia, Iván Duque, quien lo invitó a asistir presencialmente al evento en el que Guaidó recibirá los cientos de toneladas de alimentos y medicinas recolectados y donados en la región y el mundo. A ellos, se sumó el líder de Paraguay, Mario Abdo Benítez.
Sin embargo, la postura que asumieron ha tenido distintos efectos en sus países. Para Piñera, su decisión de viajar fue duramente criticada por la oposición, provocando una tensión pocas veces vista en materia de política exterior. En tanto, el oficialismo lo defendió argumentando la necesidad de correr el riesgo y asumir un liderazgo regional.
Una situación distinta es la que ha vivido Duque, quien aumentó su respaldo ciudadano en 15 puntos gracias a su rol ante la crisis venezolana, pasando de 27,2% a un 42,7%, según una encuesta publicada hace seis días. Lo mismo ocurrió con su canciller, Carlos Holmes Trujillo, quien es el ministro mejor evaluado de su gabinete.
En tanto, pese a que va a estar presente en Cúcuta y a que fue el primer gobierno en romper relaciones diplomáticas con Venezuela, Abdo Benítez no se ha manifestado esta semana sobre el tema y la noticia de su visita fue comunicada brevemente por la cancillería paraguaya, sin entregar detalles sobre la ayuda que entregarán al país caribeño.
La posición de estos tres países contrasta con la adoptada por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien la semana pasada reiteró que respetará la política exterior de no intervención y el respeto a la autodeterminación de los pueblos, marginándose de ese modo de la convocatoria de Guaidó. Asimismo, López Obrador aseguró que la ayuda al pueblo venezolano no debe mezclarse con posturas políticas o ideológicas y recalcó que ésta debería ser entregada a través de la Organización de las Naciones Unidas.
Que se acuda a la ONU, como se tiene que dar ayuda humanitaria a todos los pueblos, indicó.
Otro camino fue el que tomaron Argentina, Perú y Brasil, naciones clave del Grupo de Lima pero cuyos presidentes no tomarán un rol principal en el operativo humanitario, ya sea por prudencia o por estar enfocados en asuntos internos o giras internacionales. De hecho, en la última semana casi no registraron declaraciones sobre el tema. Por ejemplo, el Presidente de Perú, Martín Vizcarra, ha permanecido preocupado por los aluviones en distintas zonas del país andino. Viajó a Tumbes para verificar el rebalse del río del mismo nombre, cerrando la opción de ir a Colombia, pese a la solicitud de varias organizaciones, como el colectivo ciudadano Amigos de Venezuela.
El nivel de aprobación del presidente peruano cayó cinco puntos el último mes y se situó en 58%, afectado por su mala gestión ante las catástrofes, según el diario El Comercio. La única referencia a Venezuela durante esta semana fue a través de Twitter, cuando la cancillería condenó la expulsión de cinco europarlamentarios que iban a visitar Caracas.
Algo similar le ocurrió esta semana al líder brasileño, Jair Bolsonaro. Pese a que su país jugará un papel fundamental en la entrega de la ayuda humanitaria a través del paso fronterizo ubicado en el estado de Roraima, ha estado centrado en el impulso de sus reformas y en enfrentar las primeras crisis de su administración. El miércoles, el gobernante presentó su reforma de pensiones y ha tenido que abordar la crisis generada por la renuncia del ministro de la Secretaría General del Gobierno, Gustavo Bebianno, quien dejó su cargo en medio de sospechas por su rol en el financiamiento irregular de su colectividad, el Partido Social Liberal (PSL).
No obstante, ese mismo día tuvo tiempo para garantizar a Guaidó a través de Twitter que la ayuda será puesta a su disposición. ”La fuerza de trabajo brasileña llevará ayuda humanitaria a los venezolanos (…) alimentos y medicamentos serán puestos a disposición para la recogida a cargo del Presidente encargado de la coordinación, indicó.
Finalmente, el Presidente de Argentina, Mauricio Macri, inició el viernes pasado una gira internacional por Asia, por lo cual su foco ha estado puesto en la necesidad de mejorar el comercio bilateral con países como India, Vietnam y Emiratos Árabes, por lo que no se ha referido a la operación humanitaria.
Sí lo hizo el lunes en Nueva Delhi su canciller, Jorge Faurie, quien manifestó su deseo de que India corte el financiamiento al Gobierno de Maduro. Venezuela es un tema muy importante para nosotros porque es un país de nuestra región y nosotros estamos muy afectados por lo que está pasando”, dijo el secretario de Estado. Macri continuó su viaje por Vietnam y está en Abu Dahbi, desestimando la posibilidad de acompañar a Piñera, Duque y Benítez en Cúcuta.