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Hanta virus en Argentina es endémico en cuatro regiones, pero no es epidemia

Jueves, 17 de enero de 2019 - 09:57 UTC
La transmisión del hantavirus es a través de la orina, de la materia fecal y de la saliva de los roedores -el “ratón coli-largo”, en el caso argentino La transmisión del hantavirus es a través de la orina, de la materia fecal y de la saliva de los roedores -el “ratón coli-largo”, en el caso argentino
Bajo el nombre de hantavirus se agrupan catorce subtipos de virus, algunos de ellos presentes en “cuatro regiones endémicas” en Argentina según Gabriela Ferretti Bajo el nombre de hantavirus se agrupan catorce subtipos de virus, algunos de ellos presentes en “cuatro regiones endémicas” en Argentina según Gabriela Ferretti
Lo que ocurrió en Argentina y generó tanta alarma, es que a partir de un caso índice comenzó el contagio persona a persona en un evento social Lo que ocurrió en Argentina y generó tanta alarma, es que a partir de un caso índice comenzó el contagio persona a persona en un evento social

A pesar de las doce muertes por hantavirus registradas en Argentina en las últimas semanas, diez de ellas por un brote al sur del país, la médica clínica y divulgadora científica Gabriela Ferretti incidió este miércoles, que la situación “no es una epidemia”.

La doctora explicó los peligros del hantavirus, “enfermedad transmitida por los roedores”, que está generando una gran alarma en el país por cobrarse diez muertes por un brote en la localidad de Epuyén, de la sureña provincia de Chubut, y otras dos en las provincias de Salta y Entre Ríos, en el norte del país.

“No es una epidemia. El brote tiene que ver con un aumento local de los casos, no estamos hablando que esto ocurra en todo el país ni haya habido un desborde, sino que aumentó el número de casos puntualmente en una localidad de nuestro país”, aseguró la científica del grupo Medihome.

La transmisión del hantavirus es a través de la orina, de la materia fecal y de la saliva de los roedores -el “ratón coli-largo”, en el caso argentino-, sustancias que cuando se secan y se evaporan, son respiradas por las personas y causan el contagio.

Ferretti explica que bajo el nombre de hantavirus se agrupan catorce subtipos de virus, algunos de ellos presentes en “cuatro regiones endémicas” en Argentina: La provincia de Misiones; Salta y Jujuy; otra zona entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos; y en la cordillera de Los Andes, donde se localiza el brote.

El factor diferencial es que “en menos de un diez por ciento de los casos del virus Andes, el tipo de contagio es interhumano”.

“Lo que ocurrió en nuestro país, esto que fue tan novedoso y generó tanta alarma, es que a partir de un caso índice comenzó el contagio persona a persona en un evento social”, comentó Ferretti.

La cadena se inició con un hombre con síntomas que concurrió a unas fiestas populares a principios de noviembre y contagió a quienes compartían la mesa, y a partir de ese momento fue incrementando el número de casos.

En los últimos días se han reportado casos en otras provincias como Buenos Aires, Entre Ríos, Salta y Jujuy, pero según la médica clínica y neuróloga, se corresponderían con los casos que “habitualmente” registran en Argentina.

La doctora aclaró que se trata de una enfermedad “endémica”, es decir, “que hay un número de casos estable que se repite todos los años, también con una mortalidad que suele ser estable”, de entre el 30 y el 50%.

El hantavirus tiene “distribución mundial” y comenzó “fundamentalmente” en Europa y Asia, mientras que en América empezaron a registrar casos en los años noventa con una tasa de mortalidad “un poco mayor”.

Gabriela Ferretti manifestó que hay dos tipos de personas más expuestas al contagio: “Las personas que acampan o las que están en el campo trabajando y están en contacto con la maleza y con zonas donde el roedor ha estado”.

Para quien acampa, su consejo es “ir en una carpa que esté bien cerrada, que sea hermética, que no duerma sobre la hierba y que los utensilios que utiliza de cocina que quedan fuera de la carpa estén muy protegidos”.

Asimismo, también les recomendó no dejar basura fuera de la carpa, no consumir frutos silvestres que puedan recoger de los senderos y prestar mucha atención a lo que los guardaparques digan sobre los senderos seguros por los que pueden transitar.

Por otra parte, los trabajadores rurales suelen entrar a algún tipo de cobertizo, “donde habitualmente el ratón hace sus madrigueras” y que suelen ser “oscuros y cerrados”, lo cual impide que llegue la radiación ultravioleta del sol, que “inactiva” el virus.

”Cuando un galpón (cobertizo) esté cerrado durante un tiempo, primero hay que abrirlo, hay que ventilarlo por lo menos durante una hora y quien va a limpiar o a trabajar dentro de ese galpón tiene que utilizar barbijo (mascarilla), guantes, botas especiales y una ropa que no utilizará para otra cosa si no la vuelve a lavar“, advirtió la divulgadora.

Ferretti apuntó que los casos ”siempre estuvieron“, aunque ”el punto es que ahora son noticia y salen a la luz”, por lo que subrayó la importancia de la prevención para combatir el desconocimiento, en muchos casos, de las formas de contagio.