Los precios al productor en Estados Unidos anotaron en diciembre su mayor baja en más de dos años, por una caída de los costos de productos energéticos y de servicios comerciales, lo que se suma a otras señales de una inflación contenida que puede permitir a la Reserva Federal ser paciente con las alzas de tasas.
Otras cifras sugirieron que la actividad manufacturera se desaceleró aún más en el inicio del año y una medida de confianza empresarial en el estado de Nueva York cayó a un mínimo de más de un año y medio en enero.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo la semana pasada que la baja inflación le ofrecía a los responsables del banco central la capacidad de “observar paciente y cuidadosamente” mientras analizan los datos económicos y los mercados financieros en búsqueda de riesgos para el crecimiento.
El organismo ha pronosticado dos incrementos del costo del crédito en 2019.
El Departamento del Trabajo dijo que su índice de precios al productor para demanda final (IPP) cayó un 0,2% el mes pasado tras subir un 0,1% en noviembre. Fue el primer declive desde febrero del 2017 y la mayor baja desde agosto del 2016.
En los 12 meses a diciembre, el IPP aumentó un 2,5%, igualando las ganancias de noviembre.
Los precios mayoristas de la energía se hundieron un 5,4% en diciembre, con la gasolina bajando un 13,1% tras caer un 14% en noviembre. Eso compensó un alza del 2,6% en los precios mayoristas de los alimentos, que habían aumentado un 1,3% en noviembre.
Los costos de los servicios descendieron un 0,1 por ciento, presionados por la caída del 0,3 por ciento en el índice de servicios comerciales, me mide los cambios en los márgenes recibidos por mayoristas y minoristas.
Los precios al productor subyacente -que excluyen alimentos, energía y servicios comerciales- se mantuvieron sin cambios el mes pasado, tras incrementarse 0,3% en noviembre. En los 12 meses a diciembre, el IPP subyacente avanzó un 2,8% tras un alza similar el mes previo.
La inflación se mantiene contenida pese a un endurecimiento del mercado laboral que comienza a presionar al alza los salarios.
La medida preferida de la Fed sobre inflación, el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE, por su sigla en inglés), excluyendo alimentos y energía, marcha justo por debajo del objetivo del banco central del 2%.