La organización terrorista vasca ETA, disuelta el pasado mayo, reconoció este martes uno de los atentados más sangrientos de su historia tras negarlo durante cuatro décadas: la explosión de una bomba en una cafetería de Madrid que dejó 13 muertos en 1974.
En su último Zutabe, una suerte de boletín interno del grupo, éste reconoce hacer matado a 758 personas, varias decenas menos que las que le atribuyen las autoridades españolas y las asociaciones de víctimas del terrorismo, así como 2.604 acciones armadas.
El documento está fechado un mes antes de la disolución de ETA y fue difundido por el diario vasco Gara, de perfil independentista.
Además del atentado de la calle Correo, como se conoce el que terminó con la vida de 13 personas en 1974 en pleno centro de la capital española, el grupo independentista vasco reconoce también por primera vez la muerte de tres personas en Tolosa en 1981, que fueron confundidas con policías, según argumenta.
En su boletín también califica el famoso atentado de Hipercor, que mató a 21 personas en un centro comercial de Barcelona, como el mayor error y desgracia de su historia, aunque argumenta que los responsables policiales y gubernamentales tomaron la decisión de no desalojar el edificio tras el aviso de bomba.
ETA asumió que cometió 365 atentados contra la Guardia Civil y mató a 186 efectivos; que en 215 acciones contra cuerpos policiales españoles murieron 139 agentes, y que en 147 acciones contra el Ejército español fallecieron 101 militares.
El grupo separatista vasco, nacido en los años 60, anunció el cese definitivo de la violencia en octubre de 2011 y, tras varios intentos frustrados de negociar una solución pactada con el Estado español a la situación de sus presos, se disolvió el pasado mes de mayo. Las autoridades españolas y las víctimas llevan años pidiendo a la banda que ayude a esclarecer los asesinatos que continúan impunes.