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Naipaul, el “dictador” Perón y Argentina tierra de saqueo y de cara medio indígena

Lunes, 20 de agosto de 2018 - 07:41 UTC
En casi todos los textos, la figura de Juan Domingo Perón, presidente de Argentina en los 50 y 70, es abordada de manera crítica y elogiosa En casi todos los textos, la figura de Juan Domingo Perón, presidente de Argentina en los 50 y 70, es abordada de manera crítica y elogiosa
Para Naipaul, ”Argentina es una tierra de saqueo, una tierra nueva, prácticamente poblada en este siglo (XX). Sigue siendo una tierra para ser saqueada” Para Naipaul, ”Argentina es una tierra de saqueo, una tierra nueva, prácticamente poblada en este siglo (XX). Sigue siendo una tierra para ser saqueada”

Para unos “genio”, para otros “monstruo”. Sin duda polémico. Y, en todo caso, uno de los escritores más importantes del siglo XX. El autor británico y premio Nobel de literatura en 2001 Vidiadhar Surajprasad Naipaul, de origen indio y nacido en Trinidad y Tobago, murió el pasado 11 de agosto en Londres a sus 85 años.

 Y entre las grandes obras que dejó, ninguna exenta de polémica, están una serie de ensayos sobre Argentina, país que visitó decenas de veces; por trabajo y amor.

“Su visión de Argentina difícilmente podría haber sido menos halagadora”, reseñó el escritor chileno Roberto Bolaño.

“Los argentinos no son especialmente populares en el resto de América Latina, pero les puedo asegurar que ningún latinoamericano ha escrito una crítica tan devastadora como la de Naipaul. Ni siquiera un chileno”, añadió.

Hace un par de años, el escritor estadounidense Jon Lee Anderson recomendó, en BBC Mundo, estas crónicas de Naipaul como uno de los libros que le abrieron los ojos sobre América Latina.

Durante tres décadas —70, 80 y 90— Naipaul escribió una decena de largos y sesudos ensayos periodísticos sobre Argentina que fueron publicados en The New York Review of Books, un prestigioso periódico literario.

Una cultura política dominada por el revanchismo y la corrupción, una mentalidad de evadir los problemas a punta de retórica, una sociedad machista que adora ciegamente a sus líderes, un país latinoamericano que se las da de europeo; así y más son las algunas de sus polémicas afirmaciones.

En casi todos los textos, la figura de Juan Domingo Perón, presidente de Argentina en los 50 y 70, es abordada de manera crítica y elogiosa.

Lo califica de “dictador”, de emisario de una fe, de alguien que se aprovechó del supuesto culto a la personalidad machista que hay en el país.

“Él quiso hacer grandioso a su país. Pero él mismo no era un gran hombre; y tal vez el país no podía ser grande”, alega.

A comienzos de los 70, Perón estaba exiliado, inhabilitado políticamente y sus seguidores —la mayoría de los argentinos, muchos perseguidos por un gobierno militar— comenzaban a dividirse en varias facciones. Naipaul vio esa división como un “fracaso del peronismo”.

Pero también identificó lo que para muchos es la razón de que Perón todavía sea el político más importante de la historia del país: ”Perón era lo que era porque tocaba a Argentina muy de cerca. Intuyó las necesidades de sus seguidores (…). Le mostró al país su cara medio indígena que no era reconocida“.

Argentina fue un país rico a comienzos de siglo XX y estaba en crisis cuando apareció Perón, en los 40. Naipaul encuentra una nostalgia por el pasado próspero y Perón fue, según él, el vehículo que los argentinos encontraron para intentar recuperarlo.

”La primera revolución peronista se basó en el mito de la riqueza, de una tierra en espera de ser saqueada. Ahora (años 70) la riqueza se ha ido. Y el peronismo es parte de la pobreza. Es protesta, desesperación, fe, machismo, magia, espiritismo, venganza. Es todo y nada“, asegura.

”Ser argentino es habitar un mundo mágico y debilitante“.

Para Naipaul, ”Argentina es una tierra de saqueo, una tierra nueva, prácticamente poblada en este siglo (XX). Sigue siendo una tierra para ser saqueada; y su política solo puede ser la política del saqueo“.

Otra hipótesis llamativa de Naipaul es que para él los argentinos son particularmente machistas. Y no solo los hombres.

”El machismo no hace que ningún hombre se destaque, porque se supone que todo hombre es un macho. La conquista sexual es un deber. Tiene poco que ver con la pasión o incluso la atracción; y las conquistas no se logran a través de la virilidad o de habilidades especiales. En una sociedad tan regida por la idea del saqueo, las atracciones de los machos (…) son esencialmente económicas“.

Para él, entonces, los argentinos conquistan para generar envidia entre sus pares de clase.

”Crear tensión, insultar a sus amigos, familiares o a comunidades enteras lo dejaba de excelente ánimo“, explica el biógrafo de Naipaul, el británico Patrick French.Armar trifulca para el propio entretenimiento es, al parecer, un rasgo de trinitario.

French argumenta que Naipaul ”defendió la alta civilización, los derechos individuales y el Estado de derecho (…). Dijo, o se dijo que dijo, que África no tenía futuro, que el Islam era una calamidad, que Francia era un fraude y que los entrevistadores eran monos“.

Según French, muchas de las tesis de Naipaul, en especial aquellas sobre el machismo, están influenciadas por los rezagos de una relación tortuosa, absorbente y pasional con Margaret Gooding, una argentina de origen inglés.

La biografía, que fue autorizada y en la que participó Naipaul como fuente, cuenta que la relación de casi dos décadas fue como una montaña rusa que tuvo momentos de sumisión de ambas partes.

Naipul, casado con Pat Hale entre 1955 y 1996, es citado diciendo que ”fui muy violento con ella (Margaret) durante dos días; mi mano comenzó a doler“.

Y, según French, esa disposición de Margaret, la amante, a ser maltratada e ignorada por Naipaul explica por qué el escritor tenía una visión tan particular del género en Argentina.

En la tesis que más críticas suscitó, Naipaul asegura que los argentinos están obsesionados con el sexo anal y que por eso son una población ”disminuida“, retrasada, subdesarrollada.

”Además de ser lógicamente erróneo, la explicación no tiene ninguna base en hechos históricos o sociales“, escribe Roberto Bolaño.

Pero más allá de detalles cuestionables como este, estos textos de Naipaul ”tienen una cantidad de elementos acertados y visionarios“, opina la escritora argentina María Sonia Cristoff.

”Hay cosas que me irritan como su descripción simplista de los movimientos revolucionarios de los 70 o que llamara 'dictador' a Perón, pero también creo que identifica una serie de rasgos fundamentales de la idiosincrasia argentina que hoy siguen vigentes, como la negación a nuestra raíz indígena y el machismo”.

Acertado o no, Naipaul no pasaba desapercibido. Ni que fuera argentino. (BBC).