La Corte Suprema del estado de Pennsylvania, en Estados Unidos, publicó este martes un informe de un gran jurado que documenta más de 300 supuestos casos de sacerdotes depredadores sexuales en seis diócesis, tras investigar denuncias de abusos de menores. El jurado explicó en el documento, que consta de 1.356 páginas, que ha identificó a unos 1.000 menores que han sido víctimas, tanto hombres como mujeres, entre los que hay adolescentes y muchos preadolescentes.
Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía. A algunos les hicieron masturbar a sus agresores, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados oralmente, algunos vaginalmente, algunos analmente, denuncia el texto.
El jurado detalló que para elaborar este documento se escuchó el testimonio de decenas de testigos y se revisó medio millón de páginas de documentos internos de las diócesis. En ese sentido, no descartó que el número real de víctimas ascienda a miles, ya que es posible que los registros de algunos menores se hayan perdido o que el afectado optara por mantener el silencio.
En el informe, el jurado criticó que todos los casos fueron dejados de lado por los líderes de la iglesia que prefirieron proteger a los abusadores y a la institución, sobre todo.
Como consecuencia del encubrimiento, casi todos los casos son demasiado antiguos como para ser juzgados, ya que la mayoría son anteriores al año 2.000, aunque el jurado subrayó que emitió acusaciones contra un sacerdote de la diócesis de Greensburg y otro de la de Erie, que presuntamente ha estado abusando de menores en la última década.
En una rueda de prensa, el fiscal general del estado, Josh Shapiro, destacó que el informe detalla un encubrimiento sistemático por altos cargos de la Iglesia en Pennsylvania y en el Vaticano. Aparte de las diócesis de Greensburg y Erie, el resto de las afectadas son las de Scranton, Allentown, Harrisburg y Pittsburgh, todas ellas en Pensilvania.
El pasado 1 de agosto, la diócesis de Harrisburg, una de las implicadas, publicó una lista de 71 religiosos y seminaristas, algunos de ellos ya fallecidos, acusados de abusos sexuales a menores desde 1940.