El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, inició el domingo su primera gira latinoamericana y el lunes se reunió con el canciller de Brasil. El martes arriba a la Argentina y el miércoles brindará una conferencia de prensa con el ministro de Defensa Oscar Aguad. Posteriormente continuará su viaje por Chile y Colombia.
En Colombia, Mattis se convertirá en el primer miembro del Gobierno de Donald Trump en reunirse con la nueva administración tras la toma de posesión el martes pasado del presidente Iván Duque.
El Departamento de Defensa norteamericano avanzó que mantendrá reuniones con altos funcionarios y con cargos de Defensa de los cuatro países que visita, pero no aclaró mayores detalles.
El Pentágono considera fundamentales las relaciones con Brasil, Argentina, Chile y Colombia de cara a la seguridad del continente americano, según un comunicado emitido por el mismo. Mattis, de 67 años, es un general retirado del cuerpo de marines que fue condecorado con cuatro estrellas.
En Brasil pronunció una conferencia en la Escuela Superior de Guerra y visitó el monumento a los Muertos durante la Segunda Guerra Mundial, en Río de Janeiro.
Apodado Perro Rabioso en sus 44 años de servicio, tuvo mucha experiencia en combate a lo largo de su carrera. Fue comandante de un batallón en la primera Guerra del Golfo, comandó la Fuerza de Tareas 58 en Afganistán y estuvo al mando de la primera división de infantería de marines durante la invasión a Irak.
En Argentina abordará con altos cargos de Defensa asuntos de interés mutuo, según el Pentágono. Allí, brindará una conferencia de prensa en conjunto con el ministro de Defensa, Oscar Aguad, donde hablarán sobre el rol de las Fuerzas Armadas en el país y en la región.
En Chile, su siguiente parada, intercambiará perspectivas estratégicas con altos funcionarios. De allí se trasladará a Colombia, desde donde regresará ya a Washington tras una semana de viaje.
El secretario de Defensa estadounidense es conocido por ser muy directo y en más de una ocasión ha sido criticado por la brevedad y concisión de sus declaraciones.
Cuando Trump anunció su decisión de nombrarlo secretario de Defensa, lo catalogó como uno de los grandes generales estadounidenses. Goza de respeto tanto entre los republicanos como entre los demócratas.
En 2010, el presidente Barack Obama lo nombró jefe del estratégico Comando Central Estadounidense, cargo que ejerció hasta 2013. En esa última etapa criticó la estrategia de Obama en Irak y Afganistán, así como la de la lucha antiterrorista. También se expresó en contra del acuerdo nuclear con Irán, abandonado por la administración Trump.