Oscar Centeno, el autor de los llamados “cuadernos de las coimas”, entró la noche del viernes al programa de protección de testigos. Según reportó el diario La Nación de Argentina, el ex chofer de Roberto Baratta se encuentra en un domicilio reservado junto a parte de su familia.
Su ubicación es estrictamente confidencial. Además, se definieron diversos dispositivos de seguridad para el resto de los integrantes de su familia y se tomaron las precauciones pertinentes para garantizar el bienestar de todos ellos. Tanto Centeno como sus cercanos son custodiados por los Lobos, un grupo especial del Servicio Penitenciario Federal argentino. Se trata de efectivos especialmente capacitados para el trabajo en protección de testigos.
Parte de ellos fueron formados en Canadá y luego instruyeron al resto del equipo para estas tareas específicas. Si bien la rutina de la familia de Centeno se vio trastocada repentinamente, el programa de protección a testigos trabaja para generar una buena adaptación para todas las personas que entren en este circuito. Los niveles de seguridad se irán modificando de acuerdo a cómo evolucione el riesgo.
Estamos en la etapa provisoria, hay que evaluar bien todos los riesgos. Dependemos de lo que Centeno nos transmita y que el juez y el fiscal nos den más datos de la causa para evaluar con más detalle los riesgos, explicó el subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia de Argentina, Juan José Benítez.
Con esa información, trazaremos el plan que se le ofrecerá a Centeno, Hay que recordar que el ingreso y permanencia en el programa es voluntario, detalló el funcionario. En cuanto al cambio de identidad, Benítez sostuvo que es una posibilidad, pero que también dependerá de la evaluación de riesgos. No es algo inmediato, hay que medir con mucho criterio esta decisión. Se hará todo lo necesario para neutralizar los riesgos y permitir la adaptabilidad de las personas que ingresan al programa, explicó.
Cómo funciona el programa de protección de testigos? Bajo la órbita de la Subsecretaría de Política Criminal, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Argentina, el programa está abocado a preservar la seguridad de imputados y testigos que colaboren de modo trascendente y eficiente en una investigación judicial federal y que se encuentren en situación de peligro para su vida o integridad física.
La ley 25.764, que creó el programa, está dirigida a personas que colaboren en causas relativas al narcotráfico, el secuestro extorsivo, el terrorismo, delitos de lesa humanidad cometidos en el período 1976/1983, y la trata de personas. Sin embargo, el texto de la normativa aclara que a requerimiento de la autoridad judicial se podrán incluir otros casos siempre y cuando se trate de delitos vinculados con la delincuencia organizada o de violencia institucional y la trascendencia e interés político criminal de la investigación lo hagan aconsejable.
Existen unos 228 imputados y testigos dentro del programa, sin contar a los asociados, es decir, familiares o personas cercanas a la persona protegida, cuyas vidas también podrían correr riesgo. Para ingresar a este plan, hay dos requisitos: que la información que provean sea trascendente y eficaz, lo cual es determinado por una autoridad judicial, y que -mediante una evaluación- se determine que efectivamente la vida del testigo corre riesgo. Cabe aclarar que, a diferencia de lo que determina la ley del arrepentido, la persona que entra al programa de protección no acuerda ninguna reducción de pena.