Los mandatarios de los cuatro países que integran la Alianza del Pacífico, que en conjunto representan el 38% del PIB de América Latina, se reunirán este lunes y martes en el balneario mexicano de Puerto Vallarta, en el occidental estado de Jalisco.
Andrés López Obrador, quien había anunciado su asistencia por invitación del presidente saliente Enrique Peña Nieto, se retractó a última hora argumentando que el Tribunal Electoral de México no le ha entregado la constancia formal que lo acredita como presidente electo tras su rotunda victoria en los comicios del 1 de julio.
“La reunión de Vallarta es una reunión de carácter oficial y yo no puedo ir si no soy presidente electo”, dijo López Obrador, decepcionando las expectativas que había originado su debut en la arena internacional. El Tribunal electoral tiene hasta el 6 de septiembre para certificar los resultados de las elecciones, en las que el izquierdista obtuvo el 53% de los votos.
Además de los primeros mandatarios de Chile, Sebastián Piñera; de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Perú, Martín Vizcarra -quien va por primera vez tras asumir la presidencia en marzo-, a la cumbre de la Alianza del Pacífico asistirán como invitados los presidentes Michel Temer de Brasil, Mauricio Macri de Argentina y Tabaré Vázquez de Uruguay.
Los miembros del Mercosur, que buscan una mayor apertura comercial, se han acercado a la Alianza del Pacífico por una mayor integración de los dos bloques. Estos líderes de centro-derecha ven con buenos buenos ojos el libre mercado, y son la nueva cara del giro de América Latina hacia el centro, un camino que por mucho tiempo fue atípico en la región.
La invitación que se extendió a López Obrador fue un gesto de “buena voluntad” de Peña Nieto “en el sentido de que lo presenta ante el resto de los líderes de la Alianza del Pacífico, sobre todo ahora que tenemos la incertidumbre de hacia dónde irá la política exterior mexicana” , dijo Manuel Valencia, académico del Tecnológico de Monterrey.
López Obrador, virtual presidente de la segunda economía latinoamericana, es ambivalente: por un lado ha sostenido un discurso nacionalista y anticapitalista, y por otro, prometió responsabilidad en las finanzas, libertad empresarial y trabajar con el gobierno saliente en la tensa renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que México sostiene con Estados Unidos y Canadá.
La semana pasada, López Obrador tuvo una “cordial” reunión con una delegación de altos funcionarios estadounidenses encabezada por el secretario de Estado, Mike Pompeo, y anunció que la semana entrante se reunirá con la canciller canadiense, Chrystia Freeland.