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Estalla otro escándalo de abusos sexuales en Iglesia de Chile: red de sacerdotes pedófilos y obispo “poco ágil”

Lunes, 21 de mayo de 2018 - 09:22 UTC
“No estudie para ser detective, estudie para ser pastor”, dijo el obispo de Rancagua y jefe de la comisión para la prevención de abusos contra menores Alejandro Goic “No estudie para ser detective, estudie para ser pastor”, dijo el obispo de Rancagua y jefe de la comisión para la prevención de abusos contra menores Alejandro Goic
La investigadora contactó al párroco Paredones, Luis Rubio -supuesto miembro de “La Familia”-, quien le envió mensajes de contenido sexual e imágenes desnudo. La investigadora contactó al párroco Paredones, Luis Rubio -supuesto miembro de “La Familia”-, quien le envió mensajes de contenido sexual e imágenes desnudo.

Luego de los graves abusos sexuales y de poder en la Iglesia Católica chilena desembocaran en la citación del Papa Francisco a todos los obispos pertenecientes a la Conferencia Episcopal, quienes pusieron sus cargos a disposición del Sumo Pontífice, una nueva denuncia afecta a la curia local.

Y es que una investigación periodística del canal T13 destapó lo que serían presuntos abusos sexuales y conductas impropias por parte de un grupo de sacerdotes de Rancagua, quienes se harían llamar “La Familia”. Así lo denunció Elisa Fernández, ex coordinadora de la pastoral juvenil de la zona, quien acusó un red al interior de la Diócesis de Rancagua, la que sería liderada por un sacerdote apodado “La Abuela”.

Para comprobar sus sospechas, Fernández creó un perfil falso en la red social Facebook, en donde se hizo pasar por un menor de edad. De esta forma contactó al párroco Paredones, Luis Rubio -supuesto miembro de “La Familia”-, quien le envió mensajes de contenido sexual e imágenes desnudo.

Encarado por los periodistas del medio mencionado, Rubio admitió su culpa. “Estoy muy avergonzado, no tengo palabras”, señaló. Además, según indicó la Conferencia Episcopal, el sacerdote en cuestión reconoció “comportamiento impropio” y fue suspendido de sus funciones.

“No estudie para ser detective, estudie para ser pastor”, manifestó el obispo de Rancagua y presidente de la comisión para la prevención de abusos contra menores y acompañamiento de víctimas de la Iglesia Católica, Alejandro Goic, tras ser consultado por esta situación. Fernández sostuvo que hace más de un año entregó los antecedentes de lo sucedido a Goic, quien indicó que la mujer nunca hizo “una denuncia formal”, lo que le imposibilitó iniciar una investigación canónica al respecto. Hoy, sin embargo, el jefe del episcopado de Rancagua pide perdón.

“Reconozco que le di acogida a esta joven que aparece en el reportaje y que actué eventualmente sin la agilidad adecuada en el proceso indagatorio del sacerdote Luis Rubio y otros presbíteros mencionados por ella”, señaló a través de una comunicado. Además, en cuanto a Rubio, el obispo aclaró que “hemos hecho una denuncia a la fiscalía de Rancagua. En el aspecto canónico, se mandarán todos los antecedentes de los que disponemos en la Santa Sede durante esta semana”. Asimismo, acotó que a los otros sacerdotes mencionados se les pedirá “temporalmente” la suspensión de sus actividades ministeriales, hasta esclarecer la situación.

La falta de “agilidad adecuada” que admite Goic es justamente el foco de las críticas a las que aluden teólogos que analizaron el caso. Una lentitud en los procesos canónicos, destacan, que no solo se dio en este hecho en particular, sino que es una constante al interior de los religiosos chilenos.

“La Iglesia tiene que esperar a que se hagan públicas las cosas, tiene que esperar hasta que el Papa determine otras. Es un desastre. Yo no voy a ponerme a defender cosas indefendibles. Esta lentitud no es nada más que una alienación de la realidad”, sostiene la teóloga de la Universidad Católica, Sandra Arenas. En ese sentido, continúa, “la lentitud tiene que ver con no asumir la realidad. Hay obispos o autoridades que todavía no reconocen que la Iglesia de Chile está pasando la peor crisis de su historia, eso es una alienación de la realidad. Hay una impermeabilidad moral”.

Por su parte, Álvaro Ramis, teólogo y doctor en filosofía de la Universidad Católica, explica que la Iglesia “debería hacerse responsable de la lenta tramitación de las denuncias. El procedimiento ha sido dilatado y por lo tanto ahí hay un canal que no ha funcionado institucionalmente”.

“Aquí hay que actuar rápido y sin ninguna dilación más”, expresó el abogado canónico y miembro del directorio de Voces Católicas, Alejandro Álvarez. “Lo tengo que decir: me decepciona profundamente la actuación de monseñor Goic. Yo habría esperado que él hubiese actuado con celeridad en estos casos”, reconoce Álvarez, aludiendo a la vasta trayectoria que tiene el obispo de 78 años.

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