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Una China Más Abierta Trae Mayor Prosperidad al Mundo

Martes, 24 de abril de 2018 - 09:31 UTC
El presidente Xi enfatizó que no importa cuánto se desarrolle China, no amenazará a nadie, ni intentará derrocar el sistema global, ni buscará esferas de influencia. El presidente Xi enfatizó que no importa cuánto se desarrolle China, no amenazará a nadie, ni intentará derrocar el sistema global, ni buscará esferas de influencia.

Por Wang Gang (*)

Boao, un pueblo de la provincia de Hainan, China, se encuentra en su momento de luz alta en una temporada florecida de primavera, por la celebración de la Conferencia Anual 2018 del Foro Boao para Asia, donde más de dos mil participantes de distintos países debatieron sobre planes de cooperación del ganar-ganar y diseñaron proyectos de prosperidad y desarrollo, proporcionando “la sabiduría de Boao” y aportando contribuciones con “la fortaleza de Boao”, tanto para Asia como para el mundo.

En la apertura, el Presidente Xi Jinping pronunció un discurso magistral donde repasó la trayectoria histórica de la reforma y apertura, resumió los grandes éxitos, las importantes experiencias e ilustraciones y la importancia e influencia para el mundo e hizo la interpretación más oficial sobre cómo promover una mayor apertura y una reforma más profunda. También declaró al mundo su firme voluntad y las relevantes medidas de China en la nueva era para la profundización de la reforma y la ampliación de la apertura. El discurso recibió gran eco de los invitados y acaparó ampliamente la atención de la comunidad internacional.

Hace 40 años, China comenzó la gran revolución de la reforma y apertura. A partir de entonces, China ha cambiado totalmente su fisonomía y se ha convertido en la segunda economía del mundo, el mayor país industrial, la primera nación en comercio de bienes y en reservas internacionales. Durante las últimas cuatro décadas, el pueblo chino ha desatado y desarrollado significativamente su productividad a través del trabajo duro con un espíritu de lucha, abriendo con éxito un camino del socialismo con características chinas, demostrando plenamente las fortalezas de China y aportando la contribución china al desarrollo mundial.

Durante las últimas cuatro décadas, China ha demostrado su responsabilidad de un gran país en la apertura. De la estrategia de “introducir al interior” a la de “salir al exterior”, desde el ingreso a la Organización Mundial del Comercio hasta la construcción compartida de la Franja y la Ruta, China ha contribuido enormemente a la repuesta a la crisis financiera de Asia y la internacional. Nuestro aporte al crecimiento de la economía global supera a más del 30% en años consecutivos, convirtiéndose en el principal estabilizador y la fuente de la fuerza motriz para el crecimiento de la economía mundial, promoviendo la noble causa de la paz y el desarrollo de la humanidad. Se puede decir que la reforma y apertura, la segunda revolución de China, no sólo ha cambiado profundamente el país, sino que también ha influido al mundo de igual manera.

En la actualidad, el mundo está experimentando grandes desarrollos, transformaciones y reajustes. La humanidad todavía se enfrenta a muchos factores de incertidumbre e inestabilidad, pero la paz y la cooperación, la apertura y la conectividad, así como la reforma y la innovación siguen siendo la tendencia abrumadora. Sólo con el desarrollo pacífico y la cooperación, conseguiremos el ganar-ganar y la ganancia múltiple. Sólo con impulsar la interconectividad y acelerar el desarrollo integrado, conseguiremos el desarrollo y la prosperidad común del mundo. Sólo con la adhesión a la reforma y la innovación, estaremos siempre al frente de la era. La llave del éxito de los 40 años de la reforma y apertura de China radica en que el pueblo chino ha seguido la lógica de la historia colocándose siempre en la primera fila de los tiempos.

El XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), celebrado en octubre pasado, declaró que el socialismo con peculiaridades chinas entró en una nueva era, y trazó un gran plan para convertir a China en un poderoso país socialista moderno en todos los aspectos. Esta nueva era del socialismo con peculiaridades chinas marca un nuevo capítulo en la gran revitalización de la nación china y su esfuerzo por la prosperidad compartida con el resto del mundo. En el discurso de apertura, el presidente Xi Jinping afirmó claramente que se adhiere a la política nacional fundamental de apertura al mundo e insiste en el desarrollo con las puertas abiertas. Las puertas de China no se cerrarán y sólo se abrirán aún más.

China adoptará una serie de nuevas medidas importantes tales como “ampliar significativamente el acceso al mercado”, “crear un entorno de inversión más atractivo”, “reforzar la protección de los derechos de propiedad intelectual” y “tomar la iniciativa para expandir las importaciones” para hacer avanzar la globalización económica de manera que beneficie a todos los pueblos del mundo. El presidente Xi también enfatizó que no importa cuánto se desarrolle China, no amenazará a nadie, ni intentará derrocar el sistema internacional actual, ni buscará esferas de influencia. China se mantendrá tan determinada como siempre para construir la paz mundial, contribuir a la prosperidad global y defender el orden internacional.

Este año marca el 40 aniversario de la reforma y apertura de China, y también el trigésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Uruguay. En los últimos 30 años, desde el conocimiento hacia el entendimiento mutuo, los dos países han escrito conjuntamente brillantes capítulos de cooperación amistosa, y nuestras relaciones se han convertido en un paradigma de cooperaciones solidarias entre países en vías de desarrollo, y sobre todo entre países de diferentes envergaduras. En el nuevo punto de partida histórico, China continuará en la apertura y la cooperación y se mantendrá comprometida con la estrategia de apertura de beneficio mutuo y el ganar-ganar. Estamos dispuestos a propulsar junto con Uruguay un grandioso capítulo de la construcción de la comunidad de destino de la humanidad.

Por Wang Gang (*), Embajador de China en Uruguay

Categorías: Economía, Internacional, Uruguay.