A poco más de dos horas después de que venciera el plazo para que el ex Presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva se entregara ante la policía, sus abogados presentaron un nuevo recurso ante la justicia para evitar que vaya a prisión.
Los profesionales llegaron la noche del viernes a las dependencias del Supremo Tribunal Federal (STF) pidiendo que se rechace la orden de presidio emanada por el juez Sérgio Moro un día antes.
Según la defensa de Lula, la orden de detención no debió haberse dictado mientras hubiera la posibilidad de presentar nuevos recursos de apelación ante el Tribunal Regional respecto de la condena de 12 años y un mes de cárcel dictada en su contra meses atrás. Es por eso que se pidió que se le conceda al ex Presidente la posibilidad de esperar en libertad hasta que se agoten todas las solicitudes.
Este nuevo requerimiento surge después que la defensa presentara en la mañana un hábeas corpus ante el Tribunal Superior de Justicia (STJ) para frenar el inminente ingreso a prisión del líder del Partido de los Trabajadores (PT). Sin embargo, horas más tarde, el citado organismo rechazó este nuevo requerimiento. En medio de todo esto, el reloj avanzaba y se acercaba a las 17:00 horas, el plazo final impuesto por el juez Moro para que el ex Mandatario se entregara.
Mientras tanto, Lula permanecía en las dependencias del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo, lugar al que llegó la noche anterior. Fuera del recinto, cientos de simpatizantes se congregaban para manifestar su apoyo al ex gobernante. Pasaron las horas, se cumplió el plazo y Lula no llegó a la sede de la Policía Federal en Curitiba.
Desde el PT, en tanto, afirmaban que su líder no estaba incumpliendo la orden judicial, sino que sólo no se acogió al ofrecimiento hecho por el magistrado. Así, mientras tanto, su defensa negociaba con las autoridades una salida para que el ex jefe de Estado se pudiera entregar, lo que aún no ha ocurrido. De acuerdo a medios locales, la captura tampoco se llevaría a cabo durante la madrugada del sábado. Por su parte, Lula se ha mantenido silencioso durante la jornada del viernes y sólo se le vio un momento cuando se asomó por la ventana del Sindicato para saludar a sus adherentes.