El Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) decidió rechazar el recurso judicial presentado por el ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva para apelar en libertad a una condena por corrupción que mantiene pendiente, por lo que debería ingresar a la cárcel y comenzar con el cumplimiento de la sentencia.
Lula, que gozó de una inmensa popularidad tras dos mandatos al frente del país entre 2003 y 2010, fue condenado a 12 años de presidio por ayudar a la empresa constructora OAS a lograr licitaciones estatales a cambio de la promesa de que recibiría un departamento triplex en primera línea de playa.
El ex dirigente siempre ha mantenido su inocencia, señalando que este caso, como otros cargos de corrupción en su contra aún pendientes de juicio, son intentos para mantenerlo fuera de la carrera presidencial. A pesar de los problemas legales que han enojado a algunos brasileños, las encuestas dan a Lula como favorito para llegar al poder.
Es la segunda vez que Lula presenta un recurso para evitar cumplir con la condena. Su primera iniciativa recibió un revés en enero, cuando una corte de apelaciones ratificó la sentencia e incluso amplió de 9 a 12 los años que debía pasar en la cárcel. Esta vez no fue diferente y el máximo tribunal de Brasil, que se reunió a partir de las 14:00 horas y finalizó cerca de las 01.00 horas, decidió rechazar la petición del ex Mandatario.
Con 6 votos en contra y 5 a favor, la corte dio su veredicto negativo al habeas corpus presentado por la defensa, que argumentaba que Lula no debía aún cumplir con la sentencia, pues aún quedan muchos recursos de apelación a los que recurrir.
Con este resultado, el ex jefe de Estado tendría que probar su inocencia en la cárcel, con lo que verá frustradas sus intenciones de hacer campaña para los comicios del 5 de octubre. Ello, debido a que aunque Lula puede presentar más recursos similares, la ley brasileña podría obligarlo a empezar a cumplir su pena, tal como han ordenado antes el juez a cargo de la operación Lava Jato, Sergio Moro –quien lo condenó– y otros magistrados.
Ahora bien, pese a que la Suprema Corte es el principal tribunal del país, Lula no va a ingresar en la cárcel inmediatamente. El ex Mandatario todavía tiene hasta el 10 de abril para presentar un recurso ante el tribunal de Porto Alegre, pero los expertos en derecho coinciden en que esta etapa es una formalidad y que la probabilidad de que tenga éxito es mínima.
Lula no ha dejado de hacer campaña durante toda su batalla legal, criticando a sus detractores y prometiendo no rendirse. La semana pasada, en una parada en el estado sureño de Paraná, donde fue condenado por Moro, dos de los vehículos de su comitiva fueron alcanzados por disparos, que no causaron heridos.
Independientemente de su situación judicial, la postulación de Lula a la Presidencia se zanjará en agosto, cuando el Supremo Tribunal Electoral (STE) admita o rechace las candidaturas. En principio, la candidatura de Lula sería inviable, porque la ley dispone que un condenado en segunda instancia no puede presentarse a un cargo electivo. Pero, según especialistas en derecho electoral, también podría presentar su candidatura amparado en medidas cautelares de tribunales superiores.