La revista médica The Lancet señala que la adolescencia es un periodo vital que ahora se extiende entre los 10 y los 24 años, cinco más de los 19 hasta ahora considerados como el momento de superación de esta etapa de la vida.
La prolongación del período educativo, la demora a la hora de casarse o tener el primer hijo son algunos de los factores que los autores citan como clave para entender este cambio en el desarrollo juvenil.
La adolescencia comienza con la pubertad, biológicamente determinada por la actividad del hipotálamo, que genera hormonas que activan la glándula pituitaria y las gónadas, según describe el artículo. Como consecuencia del desarrollo industrial, que ha llevado a mejoras de nutrición y salud, este proceso se ha adelantado en el tiempo, a la vez que el crecimiento del cuerpo y, concretamente, del cerebro, continúa actualmente hasta pasados los 20 años.
En este contexto biológico, los científicos de The Lancet explicaron que en los últimos 40 años se ha retrasado la adopción de roles y responsabilidades asociados a la edad adulta, como el matrimonio, tener descendencia o alcanzar la independencia económica. La doctora Susan Sawyer de la Universidad de Melbourne (Australia), una de las autoras del informe, defendió la importancia de institucionalizar este cambio para asegurar que la legislación se mantiene actualizada y permitir, por ejemplo, que las ayudas a los jóvenes se extiendan hasta los 25 años.
En contraste, el experto en sociología parental Jan Macvarish de la Universidad de Kent (Inglaterra), sostuvo que la madurez de los adolescentes está determinada por las expectativas que la sociedad pueda tener de ellos y no, como defendió Sawyer, por su crecimiento biológico. Según aseguró Macvarish, en declaraciones a los medios de comunicación, reconocer la ampliación temporal de la adolescencia demostraría que la sociedad ha reducido sus expectativas para la siguiente generación, cuando no es necesariamente infantil pasar la década de los 20 en la Universidad o probando diferentes trabajos.