El debate sobre los límites de la seducción y el acoso sexual están en boca de todos en Francia luego de que un grupo de feministas haya respondido a un centenar de famosas que defienden públicamente “la libertad de los hombres a importunar”. El grupo de mujeres famosas también tachan de “puritana” la campaña generada por el caso Weinstein.
En un artículo hecho público por “France Info”, las militantes feministas replican, indignadas, con términos duros, a otro publicado el día anterior por celebridades, como la actriz Catherine Deneuve, en el que denuncian que con esa campaña se ha propagado una “fiebre para enviar a los 'cerdos' al matadero”.
La actriz y otras artistas e intelectuales, que aluden a la campaña contra el acoso que en Francia tiene como lema “#delata a tu cerdo”, insisten en que “la violación es un crimen. Pero el flirteo insistente o torpe no es un delito ni la caballerosidad una agresión machista”.
Dicen no sentirse representadas por el movimiento para denunciar los casos de acoso en las redes sociales que se ha generado tras el escándalo por las acusaciones de abusos y violaciones contra el productor estadounidense Harvey Weinstein.
En su opinión, se está equiparando a agresores sexuales con hombres “cuyo único error fue haber tocado una rodilla, tratado de robar un beso” , o “enviar mensajes con connotación sexual a una mujeres por las que sienten atracción”.
Para Caroline De Haas -una de las cabezas más visibles del movimiento feminista en Francia- y otra treintena de activistas, estas declaraciones “desprecian” a las víctimas y sus autoras “ponen en el mismo saco” la seducción, “basada en el respeto y en el placer”, con la violencia, dos cosas de distinta naturaleza.
“Entre el ligue y el acoso -argumentan- no hay una diferencia de grado, sino de naturaleza. La violencia no es una seducción aumentada”.
Además, para las feministas, Deneuve y su grupo son “reincidentes” en la defensa de “pederastas” y en la “apología de la violación” y, “una vez más”, utilizan su visibilidad mediática para “banalizar la violencia sexual”.
La veterana actriz protagonizó una polémica el pasado mes de marzo cuando defendió al director Roman Polanski, acusado de violar a una menor en los años 70 en Estados Unidos, y afirmó que la palabra violación para referirse a esos hechos le parecía “excesiva”.
Al debate entre las firmantes de los dos artículos se han sumado voces, como la de la ex ministra para los Derechos de las Mujeres, la socialista Laurence Rossignol, para quien defender la “libertad de los hombres de importunar” es “una bofetada a todas las mujeres que denuncian la realidad sobre la depredación sexual”.
En una línea similar, la actual secretaria de Estado de la Igualdad entre Hombres y Mujeres, Marlène Schiappa, ha advertido que el discurso de las famosas es “peligroso”.
Entre otras cosas, porque mina los esfuerzos para que las jóvenes entiendan que cuando “un hombre frota sus genitales contra ellas en el metro es una agresión” y que “no tienen que sentir vergüenza ni sentirse culpables”.
En octubre, la secretaria de Estado había anunciado que prepara una ley para penalizar el acoso sexual de las mujeres en la calle, con penas de hasta tres años de cárcel y 75.000 euros de multa.
Entonces señaló que “intuitivamente” se sabe cuándo se están pasando los límites de lo permisible: “Soltar un piropo o silbar no es acoso, pero seguir a una mujer por la calle con insistencia sí lo es. En esta situación, hay una forma de intimidación”.
A falta de una cuantificación precisa del fenómeno del acoso, el Instituto Nacional de Estudios Demográficos (INED) indicó en un informe de 2016 que cada año 600.000 mujeres en Francia (la población del país es de 66 millones) son víctimas de violencia sexual, frente a 200.000 hombres. Además, cada año, 62.000 mujeres sufren una violación o un intento de violación.