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Temer tras varias intervenciones quirúrgicas se considera “recuperadísimo”

Viernes, 5 de enero de 2018 - 11:40 UTC
Temer más delgado de lo usual se dejó fotografiar en su caminata, a la que convocó expresamente al Palacio de Jaburu, vistiendo una camiseta y pantalones deportivos. Temer más delgado de lo usual se dejó fotografiar en su caminata, a la que convocó expresamente al Palacio de Jaburu, vistiendo una camiseta y pantalones deportivos.

El presidente brasileño, Michel Temer, de 77 años, se mostró este jueves caminando animadamente por su residencia oficial tras sufrir una infección urinaria y después de haber sido operado tres veces en poco más de dos meses. Por la mañana, un Temer más delgado de lo usual se dejó fotografiar en su caminata por la prensa, a la que convocó expresamente al Palacio de Jaburu, vistiendo una camiseta y pantalones deportivos.

 Después de algunos minutos de andar a buen ritmo por los jardines dijo estar “recuperadísimo”.

Asesores del Gobierno dijeron que el presidente podría tener que someterse a nuevos controles médicos. La salud del mandatario conservador entró en el ojo público desde principios de octubre del año pasado, cuando durante un chequeo médico le detectaron una obstrucción arterial coronaria.

Poco después, sufrió un problema urinario que obligó a hospitalizarlo de urgencia en Brasilia y a pasar por una intervención, en un día tenso en que la Cámara de Diputados desactivó una denuncia penal por corrupción en su contra.

A fines de octubre el mandatario fue sometido a una operación por una hiperplasia (aumento) benigna en la próstata en el hospital Sirio-Libanés de São Paulo y un mes más tarde debieron colocarle tres stents para desobstruir sus arterias coronarias.

Temer, que canceló un viaje a Asia debido al tratamiento médico, sufrió recientemente una infección urinaria y tuvo que usar una sonda. Sin tregua desde que sucedió a la populista Dilma Rousseff en 2016, luego de que fuera destituida en un controvertido juicio político, Temer tuvo un turbulento final de año en 2017.

Superó un juicio en el Tribunal Superior Electoral y dos acusaciones de la Fiscalía General por corrupción, por liderar una asociación ilícita y por intentar obstaculizar el trabajo de la justicia. Convertido en el primer presidente brasileño en funciones en ser acusado de un crimen común, Temer sorteó los tres procesos a costa de un fuerte desgaste que redujo su apoyo popular a niveles de apenas 3%, el menor para un mandatario desde el retorno de la democracia en 1985.

Categorías: Política, Brasil.