La Fundación del Español Urgente dio a conocer el término que eligió como palabra del año. Como ocurre desde hace cinco años, el concepto fue seleccionado entre aquellos términos que han estado presentes en la actualidad informativa durante los últimos meses y tienen, además, interés desde el punto de vista lingüístico.
Para 2017, la palabra elegida fue aporofobia, un neologismo que da nombre al miedo, rechazo o aversión a los pobres. Aporofobia se suma así a populismo, seleccionada en 2016; refugiado, en 2015; selfie, en 2014 y escrache, 2013. La palabra de 2017 fue acuñada por la filósofa española Adela Cortina en varios artículos de prensa, en los que llama la atención sobre el hecho de que se llama xenofobia o racismo al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realiza esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres.
Asimismo, el término fue uno de los que la Real Academia Española (RAE) acaba de incorporar a su diccionario digital. Y en septiembre, el Senado español aprobó una moción en la que pide la inclusión de la aporofobia como circunstancia agravante en el Código Penal.
No es una palabra creada este año, ni tan siquiera conocida por el gran público, pero es una voz, un neologismo, que recomendamos en Fundéu BBVA y que ahora la Academia ha decidido incorporar a su diccionario, señaló el director general de la Fundéu, Joaquín Muller. Aporofobia' pone nombre a una realidad, a un sentimiento que, a diferencia de otros, como la xenofobia o la homofobia, y aun estando muy presente en nuestra sociedad, nadie había bautizado, añadió.
Conviene recordar -agregó Muller- la importancia de poner nombre a las cosas para hacerlas visibles. Si no lo tienen, esas realidades no existen o quedan difuminadas. No se pueden defender o denunciar. En esta ocasión, la filósofa Cortina ha hecho una gran aportación a la sociedad y al idioma, y Fundéu ha considerado que es merecedora de ser elegida palabra del año.
Lamentablemente, la aporofobia no ha dejado de estar presente en la actualidad informativa de 2017, con el drama de los migrantes en diversas partes del mundo, el empobrecimiento de extensas capas de la sociedad en muchos países... y con las actitudes de algunos líderes y ciudadanos ante estos fenómenos, en las que son claramente visibles el rechazo y la aversión a los pobres y a la pobreza, añadió.
Antes de dar a conocer su decisión, la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y BBVA, publicó una lista de 12 palabras finalistas en la que figuraban otros términos de nueva creación, como turismofobia, que alude al rechazo al turismo masificado; uberización, con la que se denomina un cierto tipo de actividad económica basada en plataformas colaborativas; o machoexplicación, la costumbre de algunos hombres de dirigirse a las mujeres de forma condescendiente.
Además, se incluían otras que traducen o adaptan voces extranjeras (aprendibilidad frente a learnability, noticias falsas por fake news o la adaptación a la ortografía española bitcóin) y algunas más que, no siendo nuevas, han asumido otros usos o sentidos, como es el caso de odiador y soñadores, alternativas a hater y dreamers. Completaban la lista trans, como acortamiento válido de transexual o transgénero; destripe, como alternativa a spoiler, y superbacteria.