Los republicanos del Congreso de EE.UU. se preparan para votar esta semana la reforma tributaria impulsada por el presidente Donald Trump, que recortará los impuestos a las empresas y las grandes fortunas. Supondrá la primera victoria legislativa del magnate en lo que lleva de mandato.
“Como candidato, prometí que aprobaría un recorte tributario masivo para las familias trabajadoras estadounidenses, que son la columna vertebral y el latido de nuestro país. Ahora, estamos a solo unos días de lograrlo...”, dijo el mandatario en Twitter.
No obstante, el proyecto de reforma tributaria ha sufrido muchos escollos para llegar a la votación definitiva, prevista inicialmente para este martes próximo.
La legislación, que ha tratado de satisfacer a todos los conservadores para no necesitar de votos demócratas a su paso por el Senado, supondrá grandes cambios en el sistema impositivo, recortando los impuestos para muchos ciudadanos, pero sobre todo, a las empresas, a la vez que impondrá nuevas limitaciones a las desgravaciones fiscales.
“Estoy muy entusiasmado con este momento. Han pasado 31 años y muchas personas se han esforzado mucho para que este día suceda. Estoy orgulloso de la Ley de reducción de impuestos y creación de empleos”, dijo el representante republicano Kevin Brady, presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes.
Y es que los republicanos llevan décadas tratando de aprobar una gran reforma fiscal y reducir las aportaciones al fisco como parte de su estrategia de reducción gubernamental, lo que le permitirá a Trump anotarse un gran tanto.
Finalmente, y tras semanas de negociaciones, el texto logró el apoyo necesario para que esta semana pueda ser rubricado por el multimillonario al obtener este viernes el respaldo de los senadores republicanos Marco Rubio y Bob Corker, quienes se habían opuesto a ella en los días anteriores.
Según el proyecto de ley final, los impuestos individuales más altos se reducirán del 39,6% al 37%, mientras que los cargos a las empresas se reducirán del 35% al 21%.
La reforma, asimismo, propone siete tramos impositivos a las personas físicas, y aumenta sustancialmente la deducción estándar.
También aumenta el crédito tributario por hijos de 1.000 dólares a 2.000; así como la cantidad máxima que es reembolsable a los 1.400 dólares por encima de los 1.100 propuestos inicialmente, con el objetivo de asegurar el voto de Rubio, quien demandaba dicho incremento.
El proyecto de ley no deroga el impuesto al patrimonio o el impuesto mínimo alternativo para individuos, ambos objetivos a largo plazo para los republicanos, pero sí aumenta las cantidades de la exención.
Entre los aspectos más controvertidos, más allá de la reducción impositiva a las rentas más altas, es el hecho de que la legislación deroga también el mandato de seguro individual requerido por la reforma sanitaria del ex presidente Barack Obama a partir de 2019, y permite perforaciones en una parte protegida del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico.
Trump, que lleva meses presionando a los republicanos del Congreso para anotarse su primera victoria en el Legislativo tras varios sonados fracasos, logrará así aprobar una gran reforma tributaria antes de que concluya el año.
No obstante, para ello, los republicanos han tenido que echar mano de una técnica legislativa poco ortodoxa para una reforma legal de este calado, impidiendo cualquier tipo de obstrucción de los demócratas en el Senado, donde los conservadores tienen una mayoría muy ajustada.