El recorte de US$1,4 billones en la lista de deseos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se encamina hacia lo que será su semana decisiva. Se trata de un paquete de recortes de impuestos para empresas e individuos para estimular el crecimiento.
Los líderes republicanos del Senado planean realizar una votación de su proyecto de ley a todo o nada a partir del jueves, un momento dramático que recién llegará tras un debate maratónico que podría extenderse toda la noche.
Se anticipa que los demócratas traten de retrasar o frustrar la medida y, para imponerse, los republicanos deben retener al menos 50 votos de su escueta mayoría de 52. Si el Senado aprueba el proyecto -lo cual no está para nada garantizado-, los legisladores de ambas cámaras tendrían que llegar a un compromiso entre sus diferentes proyectos.
No obstante, por ahora buena parte de la atención del Senado estará puesta sobre el precio de su legislación. Los obstáculos y estudios independientes de la ley concluyeron que al contrario de lo que afirman sus defensores, sus recortes de impuestos no estimularán suficiente crecimiento como para amortizarse.
Tanto el proyecto del Senado como uno aprobado este mes por la Cámara de Representantes reducirían en aproximadamente US$1,4 billones la recaudación federal en el transcurso de un decenio, según el Comité Conjunto de Impuestos (JCT).
El miércoles, un informe del Penn Wharton Budget Model de la Universidad de Pensilvania dijo que el proyecto achicaría la recaudación fiscal todos los años entre 2028 y 2033. Según esa conclusión, no cumpliría una norma presupuestaria fundamental que quieren usar los senadores republicanos para aprobar su proyecto por mayoría simple pese a las objeciones de los demócratas. Básicamente, la norma dicta que todo proyecto de ley aprobado de esa forma acelerada no puede aumentar el déficit pasados 10 años.
El JCT ya concluyó que el proyecto del Senado generaría un superávit en su décimo año porque estipula que venzan varios recortes de impuestos para empresas e individuos. Otro posible obstáculo es el hecho que el Congreso trata de promulgar una ley impositiva compleja en un plazo urgente y autoimpuesto para cumplir promesas de Trump, del presidente de la Cámara, Paul Ryan, y del líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.