Por primera vez en la historia y con una declaración conjunta, católicos y protestantes pidieron “perdón” este martes por la violencia que los enfrentó durante siglos. El anuncio fue hecho por el Vaticano y la Federación Luterana Mundial en el día en que concluyen las conmemoraciones de la Reforma promovida en el siglo XVI por Martín Lutero, que llevó a un cisma histórico y dio origen al protestantismo.
“Pedimos perdón por nuestros fracasos, por las formas en que los cristianos han herido el Cuerpo del Señor y se han ofendido unos a otros durante los 500 años transcurridos desde el inicio de la Reforma”, reza el comunicado común.
“Nos comprometemos a seguir nuestro camino común buscando un consenso sustancial que permita superar las restantes diferencias que existen entre nosotros”, añade.
El 31 de octubre de 1517, las “95 tesis” divulgadas por el clérigo y teólogo Martín Lutero se convirtieron en texto fundacional de la Reforma protestante, marcando su ruptura con el catolicismo.
Hace un año, el papa Francisco -ferviente defensor de la unidad de los cristianos- participó en Lund (Suecia) en el lanzamiento de las celebraciones del 500º aniversario de la Reforma, un gesto impensable en otro tiempo.
El texto destaca que “por primera vez, luteranos y católicos hayan considerado la Reforma desde una perspectiva ecuménica, lo que dio lugar a un nuevo enfoque de los acontecimientos del siglo XVI que llevaron a nuestra separación”.
Hace balance de las relaciones entre las dos religiones y subraya que el camino fue iniciado hace 50 años, con “la eliminación de prejuicios, una mayor comprensión mutua y la identificación de decisivos acuerdos teológicos”.
“Reconocemos que si bien el pasado no se puede cambiar, su influencia sobre nosotros hoy en día se puede transformar. Una vez más, resultó claro que lo que tenemos en común es mucho más que aquello que nos divide”, insiste la declaración conjunta.
El texto menciona la situación de las parejas mixtas de católicos y protestantes que desean poder comulgar en ambas Iglesias.
Hace un año, Francisco, conocido por sus posiciones a favor del diálogo entre las religiones, selló con su viaje a Suecia la reconciliación con los protestantes. Con ese gesto, invitaba a dejar de lado las controversias doctrinales y destacar más los avances alcanzados gracias al diálogo iniciado a partir del Concilio Vaticano II (1962-1965), que llamaba al respeto mutuo.
Conmemorar las posiciones de Lutero, considerado por siglos “el peor de los herejes”, le valió duras críticas por parte de los sectores más conservadores.
El año pasado, Francisco afirmó que “Lutero fue un reformador en un momento difícil” y que si bien “algunos métodos no fueron correctos, si leemos la historia vemos que la Iglesia no era un modelo a imitar: había corrupción, mundialismo, el apego a la riqueza y al poder”