La Unión Europea tratará de concluir las negociaciones de libre comercio con el Mercosur para fines de año, dijeron líderes, pese a las dudas de los franceses, y otros países como Irlanda, Bélgica y Polonia, sobre el incremento de las importaciones de productos agrícolas que se generaría con un acuerdo.
El presidente francés Emmanuel Macron sostuvo públicamente que no tenía prisa en lograr un acuerdo con el bloque, compuesto por los exportadores de carne Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Empero el líder galo logró introducir el tema del comercio en la agenda de una cumbre de líderes de la UE en Bruselas.
“Tuvimos un momento corto justo después de la medianoche para hablar de comercio internacional”, dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, durante una rueda de prensa tras la reunión de los líderes el viernes.
Juncker dijo que Europa tenía una gran oportunidad de sellar acuerdos de comercio con países en todo el mundo, respetando los valores y estándares europeos y la “reciprocidad que busca el presidente francés”.
“Seguiremos haciendo todo lo que podamos para concluir las negociaciones con el Mercosur antes de fin de año. Es importante. Nosotros subestimamos la importancia del Mercosur para la Unión Europea”, agregó Juncker.
La Comisión Europea dice que los ahorros que la UE podría lograr con aranceles más bajos con el Mercosur serían tres veces mayores que por acuerdos con Canadá y Japón combinados.
Las exportaciones de la UE al Mercosur, que van desde autos a fármacos, están sujetas a cerca de 4.400 millones de euros en impuestos por año. Según una fuente de la Comisión, Francia estaría entre los países más beneficiados si se bajan los aranceles.
A Francia le preocupa que la Comisión se estuviera apurando en lograr un pacto con el Mercosur, tratando al mismo tiempo de tener negociaciones abiertas con Australia y Nueva Zelanda, dos países que quieren aumentar sus envíos de productos agrícolas.
Pero no sólo Francia está preocupada por la importación de carne bovina de Mercosur, Irlanda y el poderoso lobby de sus ganaderos han presionado abiertamente a su gobierno y han alertado por las condiciones de seguridad alimenticia de los productos del bloque particularmente Brasil. En efecto, en Brasil decenas de frigoríficos han sido sorprendidos por mantener una red de corrupción entre inspectores veterinarios respecto a la calidad de las distintas carnes.