Contrario a lo que se podría pensar tras el desastre que causó la crisis financiera global de 2008, la deuda de los hogares sigue aumentando a nivel mundial, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien alertó que esta situación contribuye a elevar el riesgo de una nueva crisis financiera.
El capítulo 2 del informe de Estabilidad Financiera Global, elaborado por FMI indicó que desde 2008 la deuda media de los hogares como proporción del PIB subió del 52% a un 63% en 2016 en las economías avanzadas, mientras que en las emergentes el incremento fue desde el 15 al 21%.
Dada la amplia miseria causada por la crisis, se podría pensar que la gente se ha vuelto más cauta a la hora de pedir prestado. Sorprendentemente, ese no es el caso, señaló el informe, advirtiendo que la experiencia de la crisis financiera mundial sugiere que la alta deuda de las familias puede ser una fuente de vulnerabilidad financiera y provocar recesiones prolongadas.
La institución financiera aseguró que existe una disyuntiva entre los beneficios que el aumento de la deuda de los hogares le reporta a corto plazo al crecimiento y los costos a mediano plazo para la estabilidad macroeconómica y financiera.
A corto plazo un aumento del coeficiente deuda de los hogares como proporción del PIB suele estar asociado a un mayor crecimiento económico y un menor desempleo, pero los efectos se revierten en el curso de tres a cinco años. Además, un alza más fuerte de la deuda de los hogares está asociada a una mayor probabilidad de crisis bancarias.