La canciller alemana, Angela Merkel, ganó este domingo sus cuartas elecciones generales en una jornada que se vio marcada por la derrota socialdemócrata y el regreso de la ultraderecha al Bundestag, de la mano del partido antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD).
Según los últimos sondeos parciales, con un 33,1% de los votos, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y su aliado, la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera, obtuvieron la primera mayoría. Sin embargo, el bloque alcanzó su nivel de apoyo más bajo desde 1949, la primera vez que se celebraron elecciones nacionales en la Alemania de posguerra. Sólo con respecto a los comicios anteriores, donde obtuvieron el 41,5% de los votos, la cifra bajó en más de ocho puntos.
Bajo el liderazgo del ex presidente del Parlamento Europeo (PE) Martin Schulz, los socialdemócratas obtuvieron su peor resultado en elecciones generales desde la Segunda Guerra Mundial, rondando el 20,5% de los votos. La gran sorpresa de la jornada vino de la mano de Afd, que recibió el apoyo de más de un 12,7% de electores, lo que evidenció el rechazo que parte de la población siente frente a la política de refugiados de Alemania, que ha acogido a más de 1,3 millones de solicitantes de asilo desde 2015.
Es la primera vez que una formación ultraderechista entra en el Bundestag desde los años 50 y, aunque ya tenía escaños en 13 de las 16 cámaras regionales del país, la presencia a escala federal multiplicará su resonancia y su financiación pública.
Las otras fuerzas El Partido Liberal (FDP), formación bisagra tradicional en Alemania que en las anteriores elecciones no superó el mínimo necesario por unas décimas, al igual que la AfD, regresará al Bundestag con un 10,8%. La Izquierda obtuvo un 9,2%, medio punto más que en 2013, mientras que los Verdes se quedaron en el 8,9%, también un ascenso del 0,5% respecto a los anteriores comicios.
Los resultados, aún parciales, confirman con pocas variaciones las proyecciones de voto difundidas al cierre de los locales por las cadenas de televisión públicas.
Los datos harían matemáticamente posible una reedición de la gran coalición entre CDU/CSU y SPD que lideró en la pasada legislatura Merkel, aunque Schulz ha rechazado esa posibilidad y ha afirmado que su partido pasará a la oposición. Ante el escenario, a la canciller le queda la opción de negociar un tripartito con los Verdes y FDP, una alianza inédita a escala federal, para lo que se pronostican negociaciones complejas, por las diferencias programáticas entre los otros dos socios.
Si la alianza se concreta, se conocería como Jaimaica, debido a que los colores que identifican a dichos partidos son los mismos de esa bandera: negro para la CDU, amarillo para los liberales y verde para los eco-pacifistas.
Merkel descartó de antemano toda colaboración con la Izquierda y con AfD. La participación en estas elecciones generales tuvo una ligera alza, situándose en el 76 %, frente al 71,5 % alcanzado en 2013.