El costo argentino provoca que los precios de muchos productos en el país hasta dupliquen los de otros de la región o en Estados Unidos. La presión impositiva, los costos laborales y logísticos, los problemas de infraestructura y los precios de insumos básicos conforman el costo argentino, que lleva a que los productos nacionales cuesten hasta el doble que en otros países.
Viajo a Estados Unidos y allí, los precios de los productos son la mitad que acá y, en muchos casos, hasta valen un 25% de lo que consiguen acá, graficó Jorge Di Fiori, presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
Las manzanas, de las que Argentina es un productor y exportador, cuestan 16% más en los supermercados locales que en los de países que las importan.
Lo mismo pasa con los vinos: Argentina quiere ser el proveedor del mundo, pero frontera adentro, las botellas están 31,2% más elevadas que en Chile y 27,7% por arriba de Australia, otros dos países con industria viñatera.
Argentina también sobresale por los valores de la leche -más altos que los de Brasil- y los medicamentos, que pueden valer 50% más que afuera.
La Cámara Argentina de Comercio agrupa a importantes cadenas comerciales. Como se apunta a ellos por los valores excesivos, aclararon que se manejan con los mismos márgenes que cadenas de Chile y Estados Unidos: hablaron de un 4%. Se reunieron con el jefe de Gabinete argentino, Marcos Peña, para presentarle un trabajo que elaboraron.
En la industria textil, un producto local se expende, como mínimo, al doble que en Estados Unidos y un 75% más caro que en Chile. Los autos están 30% por arriba que cruzando la cordillera y 40% arriba de México. Los electrodomésticos atraviesan un fenómeno similar.
Según los comerciantes, cada cadena tiene sus propias razones de precios tan elevados. Se mezclan desde insumos importados hasta elevados costos financieros, pasando por elevados costos logísticos y elevada presión impositiva. También observan costos laborales no competitivos que repercuten en la informalidad.
Las economías regionales afrontan complicaciones para exportar. Los sectores con ciertos niveles de ahorro viajan a Santiago de Chile y Asunción (Paraguay) para hacerse de electrodomésticos, teléfonos celulares y ropa. Una zona franca en Mendoza no parece la mejor idea para combatirlo, se quejaron desde la comisión directiva de la CAC.
Matías Bolis Wilson, economista jefe de la CAC, presentó un trabajo de 120 líneas en los que va desglosando los distintos componentes que encarecen los precios locales.
Los aportes y contribuciones patronales sobre los salarios son del 35,3%, según la investigación, por arriba de todos los latinoamericanos (Bolivia impone un 32,2% y Brasil, un 30,5%).
Mientras que las encuestas de ingresos indican que la mitad de los argentinos ocupados gana menos de $10.000, (aproximadamente US$ 600) la CAC presentó otro ángulo. El costo de la hora de trabajo en dólares se duplicó en 20 años: de US$ 7,4 en 1996 a US$ 15,1 en 2016. Para esta mano de obra, el valor es 50% más alto que en Brasil (US$ 10,6 por hora de trabajo), México (US$ 6,8) y Taiwán (US$ 7,7).