Los países de América Latina y el Caribe crecerán en promedio 1,1% en 2017 tras dos años consecutivos de contracción, gracias a un contexto internacional que pese a los riesgos geopolíticos muestra mejores expectativas de crecimiento, y para los precios de las materias primas que exporta la región, según un nuevo informe anual presentado por la CEPAL en Santiago de Chile.
El organismo regional de las Naciones Unidas dio a conocer su Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2017, en el cual destaca la importancia de las políticas macroeconómicas para dinamizar el crecimiento de largo plazo y avanzar hacia el necesario cambio estructural de las economías de la región.
“Para retomar el crecimiento de mediano y largo plazo se requiere contar con políticas anti cíclicas que no solo se centren en reducir las fluctuaciones del ciclo, sino también en modificar aquellas características específicas que influyen negativamente en el crecimiento y en la estructura productiva de los países de la región. Esto implica avanzar hacia marcos contra cíclicos de la política fiscal que defiendan y promuevan la inversión pública y privada. Se trata de revisar las reglas fiscales para que permanezcan como instrumentos pro-estabilidad, pero que sean también pro-inversión. Este marco fiscal deber ir acompañado de una política financiera de estabilización del crédito y una política monetaria que apoye el crecimiento de la inversión y que vaya más allá de instrumentos como la tasa de interés”, declaró Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante la conferencia de prensa en la que se presentó el documento.
En su parte central, el Estudio Económico de América Latina y el Caribe de la CEPAL analiza los desafíos de política para dinamizar la inversión y el crecimiento. El organismo indica que en el proceso de lograr equilibrios en las trayectorias del endeudamiento y saldo público, no se debe castigar la inversión pública. Para ello, el separar el tratamiento de los gastos de inversión y los gastos corrientes ayudaría a eliminar el sesgo en contra de la inversión en los procesos de ajuste del gasto público.
También es importante fortalecer la capacidad de aumentar los ingresos públicos mediante cambios en la estructura tributaria (con el establecimiento de más impuestos directos), fortalecimiento de las administraciones tributarias y reducción de la evasión y elusión, agrega el documento.
Según el informe, al igual que en años anteriores, se proyecta una dinámica de crecimiento distinta entre países y subregiones. Se espera que el producto interno bruto (PIB) de América del Sur crezca este año 0,6%, mientras que las economías de Centroamérica y México se expandirán 2,5% en promedio, gracias al aumento de los ingresos por remesas y las mejores expectativas de crecimiento de Estados Unidos, su principal socio comercial. En tanto, para las economías del Caribe de habla inglesa y neerlandesa se espera un crecimiento de 1,2%, tras la contracción del -0,8% registrada en 2016.
El informe estima que, a diferencia del año pasado, en 2017 todos los países de la región presentarán tasas positivas de crecimiento, con excepción de Venezuela —cuyo PIB caería un -7,2%— y dos países del Caribe (Santa Lucía y Surinam, cuyo PIB se contraería -0,2%).
De acuerdo con la CEPAL, entre los factores que afectarán positivamente el desempeño económico de la región este año se encuentran la moderada recuperación de la economía mundial, que cerraría 2017 con un crecimiento de 2,7%, tres décimas más alto que el de 2016, un leve repunte del volumen del comercio mundial (2,4%), y un mayor nivel de precios de los productos básicos, que serían en promedio un 12% más altos que los del año pasado. A su vez, desde la perspectiva del gasto se observa una ligera mejora de la inversión y un mayor dinamismo del consumo privado.
Asimismo, se prevé que en 2017 el saldo en cuenta corriente regional se mantenga en niveles similares a los de 2016, en torno al -1,9% del PIB, aunque con una mejora en los términos de intercambio y un aumento de las exportaciones (que se proyecta en 8% para todo el año).
En el ámbito fiscal, el déficit promedio en América Latina se mantendrá estable en 2017, en torno al -3,1% del PIB, aunque con tendencias distintas según la subregión. En tanto, la inflación promedio de las economías de la región se ha reducido a partir del segundo semestre de 2016, pese a que tres economías mantienen tasas superiores al 20%. Esta tendencia se ha mantenido en los primeros cinco meses de 2017, en que la inflación promedio cayó 1,6 puntos porcentuales, pasando del 7,3% en 2016 al 5,7% en mayo de 2017.