Uno de cada tres legisladores brasileños elegidos en 2014 recibió dinero del frigorífico JBS, que está en el centro del escándalo que jaquea al presidente Michel Temer. En los comicios de octubre de 2014, 28 senadores, el 35% de los que fueron elegidos, recibió dinero para financiar sus campañas de la firma JBS, que es una de las mayores exportadoras de carne del mundo.
Por otra parte, 166 diputados que conquistaron un sillón en la Cámara baja, el 32% de los elegidos, tuvieron apoyo económico del frigorífico, según las planillas presentadas a la Justicia por Joesley y Wesley Batista, titulares de la empresa.
Estos pagos de JBS fueron para financiar las campañas y no todos violaron la ley, pero parte de esos congresistas luego fueron sobornados con más dinero, según la confesión de los hermanos Batista ante la Procuraduría General de la República.
En abril de 2016, según lo dicho por los empresarios, se pagaron millones de dólares a legisladores para que aprueben la apertura de un juicio político contra la entonces presidenta Dilma Rousseff.
Las delaciones premiadas de estos empresarios fueron aprobadas por el Supremo Tribunal Federal, que abrió una investigación contra el presidente Michel Temer.