Las acciones del grupo productor de proteínas brasileño JBS SA se derrumbaron el lunes más de un 30% ya que legisladores consideraban abrir una investigación sobre operaciones de títulos y de monedas por parte de sus titulares, que podrían haber protegido sus tenencias de las pérdidas relacionadas a varios casos de corrupción.
El regulador del mercado CVM inició una investigación el viernes pasado sobre si los titulares de JBS, J&F Investimentos, se beneficiaron de compras de dólares a futuro y de la venta de acciones de JBS antes de que se hiciera público un acuerdo de delación compensada que alcanzó hasta el propio presidente de Brasil, Michel Temer.
Un legislador anticipó el lunes que el gobierno de coalición también lanzaba una pesquisa sobre la transacción.
La decisión de J&F y otros vehículos de inversión controlados por los hermanos Wesley y Joesley Batista de vender 329 millones de reales en acciones de JBS en abril parecieron cada vez más proféticas, ya que los papeles se derrumbaron a un mínimo de más de tres años.
Los títulos de JBS el lunes se hundieron hasta un 31%, en la Bolsa de Sao Paulo.
Las acciones han sido golpeadas este año ante investigaciones sobre posibles casos de corrupción en el sistema de inspección de carnes de Brasil (Carne podrida) y sobre si el banco de desarrollo estatal BNDES extendió préstamos de manera impropia por miles de millones de dólares a la compañía.
Igualmente en el mercado de cambios saltó que una empresa habría comprado el día anterior a la revelación de cintas que comprometían al presidente Michel Temer y su permanencia en el cargo, una gran cantidad de dólares, moneda que al día siguiente, jueves, había tenido un importante salto, pasando de 3,12 a 3,40 reales.
A primera vista ello no tendría nada de extraño. Muchas empresas compran y venden dólares todos los días para cumplir con diversas obligaciones, principalmente las exportadoras. Parecía que alguien, casualmente, había obtenido un importante salvavidas y salía beneficiado de la explosión generada por JBS. Pero grande fue la sorpresa cuando se descubrió que la empresa que había comprado importantes cantidades de dólares había sido la propia JBS.
Según diversos cálculos el gigante de la carne habría captado unos mil millones de reales (aproximadamente 310 millones de dólares), los que serían utilizados para pagar sus deudas con la justicia: la multa de 225 millones de reales por cuenta del acuerdo de delación premiada realizado con el Ministerio Público, y una parte del acuerdo de indulgencia, aún no cerrado, que puede superar los 11.000 millones de reales.
”Joesley (Batista) se rifó a Brasil para garantizar la migración de JBS a Estados Unidos” dijo el diario Valor.
La operación resultó chocante en todo aspecto, por el hecho de que un empresario delincuente, encausado, estuviera lucrando con un escándalo que él mismo provocó, al revelar las relaciones también delictivas entre lo público (el presidente Temer y el sistema político) y lo privado (su compañía). Si vendiera los dólares comprados el día anterior habría obtenido una ganancia considerable.
Joesley Batista sabía el día y la hora en que sus explosivas grabaciones iban a ser divulgadas.