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Venezuela rechaza “grosera injerencia” de once países latinoamericanos

Miércoles, 19 de abril de 2017 - 10:39 UTC
La canciller Delcy Rodriguez acusó a los once países de avalar “la violencia vandálica de la oposición” La canciller Delcy Rodriguez acusó a los once países de avalar “la violencia vandálica de la oposición”

La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, rechazó en Twitter la “grosera injerencia” de once países latinoamericanos que, aseguró, avalan la “violencia vandálica de la oposición”. Dichos países pidieron a Venezuela que “garantice el derecho a la manifestación pacífica” y lamentaron las muertes en las manifestaciones.

 El comunicado avalado por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Perú y Uruguay pidieron que “se definan las fechas para dar cumplimiento al cronograma electoral que permita una pronta solución a la grave crisis que vive Venezuela”.

Por su parte el ministro de defensa General Vladimiro Padrino López acusó a la dirigencia opositora de ejecutar, con apoyo de grupos de “la derecha extrema” en el exterior, una “agenda criminal” que incluye “actos terroristas, disturbios, saqueos, vandalismo”.

La oposición y ONGs han denunciado una “fuerte represión”, con bombas lacrimógenas, perdigones e incluso armas de fuego. El ministro rechazó la acusación señalando que es obligación del Estado restituir “el orden público”.

La Fuerza Armada Bolivariana tenía ya amplio poder durante el gobierno de Chávez (1999-2013) , pero su influencia ha crecido mucho más con Maduro, cuyo gobierno cuenta con un militar activo y diez en retiro en 11 de los 32 ministerios.

“Chávez incorporó a los militares a la gestión de gobierno y la tendencia ha ido profundizándose con Maduro. Hoy tenemos más que un gobierno cívico-militar, un gobierno militar-cívico”, declaró el analista Luis Vicente León.

La Fuerza Armada, de 165.000 efectivos y 25.000 en reserva, controla la producción y distribución de alimentos básicos en grave escasez, además de una compañía petrolera, una televisora, un banco, una ensambladora de vehículos y una constructora.

Para el analista Benigno Alarcón, al menguar su apoyo popular en medio de la crisis, el gobierno decidió conservar el poder “por la fuerza” y “compró la lealtad” de los militares.

Maduro también anunció la expansión de la Milicia Nacional Bolivariana, cuerpo de civiles con entrenamiento militar creado como apoyo a la Fuerza Armada, a 500.000 miembros “cada uno” con su fusil “garantizado” .

Dirigentes de la oposición aseguraron que esa decisión muestra “desesperación”. “Venezuela no quiere fusiles, quiere comida y medicinas!” , afirmó líder opositor Henrique Capriles.

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