Por Heraldo Muñoz, Canciller de Chile - Uno de los objetivos claves de nuestra política exterior es mantener a Chile en la vanguardia del quehacer antártico. Océanos, Antártica y astronomía son tres áreas donde Chile ejerce liderazgo internacional o tiene el espacio para hacerlo.
En estos días estamos celebrando 70 años de la Primera Expedición Antártica de Chile, que se realizó con el fin de reafirmar la soberanía nacional en ese territorio.
A partir del trabajo visionario de los pioneros -que establecieron observatorios, realizaron visitas de conocimiento y estudio y definieron señalizaciones, además de instalar la primera base nacional- hemos ido acrecentando nuestra presencia en el continente blanco, así como nuestra participación en los diversos foros internacionales vinculados con él.
Durante los últimos tres años hemos realizado avances importantes: aprobamos el Plan Estratégico Antártico 2015-2019, instrumento indispensable para asegurar la implementación de nuestra Política Antártica Nacional; adoptamos una Visión Estratégica al año 2035, que contiene más de 120 recomendaciones y cursos de acción que buscan asegurar nuestro liderazgo; hemos dado pasos decisivos encaminados a fortalecer la institucionalidad antártica, y hemos acrecentado la influencia de Chile en el seno del Sistema del Tratado Antártico.
En 2016 tuvimos el honor de ser sede de la 39ª Reunión Consultiva del Tratado Antártico y de la 19ª Reunión del Comité de Protección Ambiental. En la ocasión se adoptó la Declaración de Santiago, elaborada y negociada por Chile, que constituye un firme compromiso con el cuidado del medio ambiente antártico y sus ecosistemas dependientes y asociados. Asimismo, aprobamos una resolución que reitera el compromiso político de todas las partes de prohibir toda actividad minera en el Continente Antártico, excepto actividades en el marco de investigaciones científicas. Esto es particularmente significativo, ya que despeja cualquier duda que pueda existir sobre la continuidad de la moratoria a las actividades mineras en ese continente.
En la última reunión anual de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, en tanto, se pudo avanzar en temas claves que llevaban años bloqueados. En lo que constituyó un hecho histórico, luego de cinco años de complejas negociaciones, los 25 miembros de la Comisión aprobamos el establecimiento de un Área Marina Protegida (AMP) en la Región del Mar de Ross, que cubre una superficie de 1,55 millones de kilómetros cuadrados; es decir, dos veces el tamaño de Chile continental, creando de esta manera la reserva marina más extensa del planeta y que gozará de protección por un período de 35 años, a contar de diciembre de 2017.
Este es solo un primer paso en la construcción de un sistema representativo de áreas marinas protegidas en torno al continente blanco, proyecto que incluirá una AMP para la Región de la Península Antártica, fruto de un esfuerzo conjunto de Chile y Argentina.
Durante el 2016, además, nuestra Cancillería -a través de la Dirección de Antártica- continuó consolidando una red de diálogos bilaterales en materia de política antártica. Se realizaron encuentros bilaterales con Argentina, Australia, Colombia, República de Corea, Francia, Noruega, Nueva Zelandia, Reino Unido y Sudáfrica.
En la 53ª Reunión del Consejo de Política Antártica -organismo de conformación transversal-, realizada esta semana, pasamos revista a estos temas y definimos la Política Antártica Nacional 2017. El desarrollo antártico nacional y la evolución del propio Sistema del Tratado Antártico exigen políticas actualizadas y acordes con los intereses nacionales en materia antártica. Esta nueva política se aprueba 17 años después de su antecesora y es el fruto de un esfuerzo colectivo de todas las instituciones nacionales con injerencia en materia antártica, así como de connotados expertos chilenos.
Asimismo, pusimos acento en la necesidad de establecer una política nacional en materia de turismo antártico, considerando que el 90 por ciento de este se realiza en nuestra área de influencia. Por lo demás, la Reunión Consultiva del Tratado Antártico, en su encuentro en Beijing, iniciará un proceso que buscará establecer una visión global para el
turismo antártico. A esta tarea se suma la necesidad de acelerar la tramitación del Estatuto Chileno Antártico y la aprobación del Anexo VI del Protocolo Medioambiental en materia de responsabilidad emanada de emergencias medioambientales, que hoy se encuentran en curso; así como fortalecer la Región de Magallanes y Antártica Chilena como puerta de entrada a la Antártica y como polo de desarrollo científico y logístico.
De esta forma, estamos ratificando nuestro sólido compromiso y decisión de proteger nuestros intereses antárticos y de conservar -con mirada de futuro- una de las reservas ecológicas más importantes del planeta.