.La canciller alemana Angela Merkel decidió postularse para un cuarto mandato, con el fin de ofrecer cierta estabilidad en lo que calificó de excepcionalmente difícil y de tiempos inciertos tras el voto de Gran Bretaña para dejar la Unión Europea y la elección de Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos. El anuncio puso fin a las especulaciones que venían circulando. Pensé en esto durante un tiempo interminable, dijo Merkel, de 62 años, en una conferencia de prensa organizada por el Partido Demócrata Cristiano (CDU).
Merkel, si es reelegida para un nuevo período completo de cuatro años, manifestó que su intención era seguir en el cargo siempre y cuando mi salud lo permita. En primer lugar, buscará la reelección como presidenta de su partido para luego intervenir en las elecciones federales del próximo año, en lo que es us postulación implícita como líder preeminente de Europa en medio de una incertidumbre política sin precedentes. La Unión Europea enfrenta grandes tensiones. El impacto de las elecciones estadounidenses y las dudas sobre los vínculos de Occidente con Rusia añaden una situación global que, para decirlo a la ligera, tiene que reorientarse.
La Constitución alemana no límita el número de mandatos de un canciller, por lo que Merkel podría terminar igualando los 16 años en el cargo de su ex mentor, Helmut Kohl. Fue la misma Merkel quien rompió con Kohl y le dijo en 1999, en medio de un escándalo de financiamiento, que debería seguir adelante sin ella. Kohl estaba en el cargo en el momento de la reunificación alemana.
Konrad Adenauer también de la CDU fue cuatro veces canciller en la entonces recientemente fundada Alemania Occidental, pero finalmente se vio obligado a renunciar por un escándalo que involucró al periodismo. Ejerció desde el 15 de septiembre de 1949 hasta el 16 de octubre de 1963. Al dimitir, tenía 87 años.
La decisión de Merkel el año pasado de abrir las fronteras de Alemania a alrededor de 900.000 inmigrantes, en su mayoría de zonas de guerra en el Medio Oriente, enfureció a muchos votantes y melló la imagen de la canciller. Su partido se ha desplomado en las elecciones regionales en el último año, mientras que el apoyo a la Alternativa anti-inmigrante para Alemania (AfD) ha aumentado. En septiembre, después de una dura derrota para la CDU en las elecciones estatales de Berlín, Merkel sorprendió al país diciendo que deseaba volver el reloj a la crisis migratoria, aunque no llegó a decir que su política era un error.
Una encuesta del domingo colocó el bloque conservador de Merkel un 33 por ciento, pero aún así nueve puntos por delante de sus rivales más cercanos, el socialdemócrata (SPD), con quien comparte el poder. En un sistema donde los gobiernos de coalición son la norma, muchos encuestadores ven otra gran coalición como la opción más probable después de la elección, aunque el aumento de la AfD hace que la aritmética sea más complicada.
Protestante y mujer en un partido principalmente católico y dominado por hombres, al menos cuando se convirtió en su líder en 2000, Merkel nunca construyó una base regional de poder, aunque con los años ha marginado a sus principales rivales masculinos y no tiene un sucesor obvio. Todavía necesita el respaldo oficial de sus aliados de la Unión Social Cristiana (CSU) en Baviera, quienes han criticado ferozmente su política migratoria de puertas abiertas. El titular de la CSU, Horst Seehofer, recibió con beneplácito la decisión de Merkel anunciada el domingo.