El Comunicado Conjunto Reino Unido/Argentina como era de esperar al igual que en Argentina, también ha suscitado expectativa y polémica en las Falklands y así lo recoge la última editorial del semanario Penguin News.
Una semana después del anuncio oficial, superada la sorpresa por la opinión pública y los reflejos inmediatos, la editorial con un enfoque pragmático sostiene que visto que la soberanía no está sobre la mesa y el vuelo adicional a las Falklands se ajustaría a los términos del actual régimen semanal que cumple Latam, con una escala mensual en Rio Gallegos, el riesgo como dice la sabia voz de la calle, estaría en la letra chica.
Ni que hablar que sería preferible se levantaran las sanciones que pesan sobre la navegación y en materia de hidrocarburos.
Pero el tema por supuesto no es simple, y comprensiblemente genera temores, pues estamos hablando de acercarnos, un paso, a una relación con un país que simplemente no se le puede confiar. Particularmente del momento que persisten en su reclamo de soberanía sobre las Falklands, aunque sea a fuego lento.
Igualmente la editorial afirma como frustrante que la discusión, a propósito del comunicado, haya caído en insultos recíprocos hacia la inteligencia e integridad de quienes discrepan sobre el asunto, en un intento por imponer sus argumentos.
Es reminiscente de la discusión sobre el Brexit en el Reino Unido: si se era contrario al Brexit eras un antipatriota y si partidario de la opción, un fanático intolerante.
Aquellos que se sienten cómodos con las intenciones del comunicado no son mercenarios ni incrédulos ni ingenuos, en efecto apuntan que el anunciado vuelo adicional no es diferente del actual régimen que rige con Latam, y por otra parte están ansiosos por el desarrollo de la economía de las Falklands para el bien de todos.
Irónicamente el desacuerdo también se refleja en Argentina donde algunos valoran el comunicado como un paso positivo (dejan de lado las disputas a fuego lento e invitan al mundo a invertir en Argentina), en tanto otros se sienten agraviados, creyendo que se está cediendo o perdiendo firmeza en el tema soberanía.
Empero, es válido preguntarse si estamos absolutamente seguros que lo anunciado en efecto se atendrá a lo que ya se cumple a través de Chile. Es decir que el destino final del vuelo sería Uruguay o Brasil y no Argentina, que sólo sería una escala.
Otra pregunta más, podemos confiar absolutamente en nuestros legisladores electos y el gobierno del Reino Unido para que se mantengan inamovibles en que no se autorice a ninguna empresa de bandera argentina a establecer vuelos directos a las Falklands.
Como Isleños nacidos y criados en las Falklands, tenemos derecho a exigir ser regularmente asegurados al respecto.
De última si por casualidad aparece Aerolíneas Argentinas sin aviso y sin ser invitados por el pueblo de las Falklands, los podemos direccionar a que aterricen en el mismo lugar que lo hicieran en un 28 de setiembre hace cincuenta años.