Las filiales estadounidenses del banco español Santander y del alemán Deutsche Bank volvieron a fallar en las pruebas de resistencia bancaria de la Reserva Federal. La Fed dijo este miércoles que modificó los planes de dividendos y recompra de acciones de los dos bancos europeos por razones cualitativas y porque considera insuficientes sus procedimientos de control.
En cambio dio luz verde a los otros 31 bancos examinados en mayo, pero el banco de negocios estadounidenses Morgan Stanley fue observado por primera vez por la entidad la cual le demandó corregir este año algunas debilidades.
Entre los siete bancos extranjeros sometidos a test este año, dos de ellos -BancWest Corporation, filial del francés BNP Paribas, y el canadiense TD Group- fueron examinados por primera vez y resultaron aprobados.
El próximo año otros bancos extranjeros se agregarán a los tests de resistencia pero lo harán en dos etapas: Barclays, los suizos Crédit Suisse y UBS y el francés Société Generale.
Todos los bancos habían ya superado la primera fase de las pruebas. Eso significa que están lo suficientemente capitalizados para hacer frente a un escenario de crisis que incluya una grave recesión, un desempleo de 10% y tasas de interés negativas para los bonos del Tesoro estadounidense.
La hipótesis de la Fed no incluyó un escenario parecido al de la ruptura de Gran Bretaña con la UE (Brexit). En cambio se los enfrentó a una situación de fuerte recesión en el Reino Unido, en la zona euro y en Estados Unidos, dijo un alto funcionario de la Fed.
La segunda parte de los resultados divulgados se refirió a pruebas individualizados y que incluyeron los proyectos de distribución de liquidez de cada banco. Esta prueba es la que más atención depara en la comunidad financiera porque determina la remuneración de los accionistas de los bancos.
Todos los bancos parecieron suficientemente capitalizados para sus proyectos de distribución de capital, pero tres de ellos tuvieron fallas en lo cualitativo de esos proyectos.
El Deutsche Bank, que ya había sido observado el año pasado, sigue teniendo problemas de control de su gestión que erosionan su proyecto de distribución de capital, dijo la Fed.
Santander, que fue observado por tercer año consecutivo, avanzó en la mejora de su enfoque para la proyección de pérdidas y ganancias pero sigue con problemas de supervisión, según la Fed.
No superar los exámenes no implica sanciones pero afecta la credibilidad de esos gigantes de la banca.
Para Morgan Stanley, único banco estadounidense cuestionado este año luego que Bank of America lo fuera en 2015, la Fed dio una nota favorable pero condicionada a que la entidad presente un nuevo escenario de distribución de liquidez antes del 29 de diciembre.
Para esta sexta edición de los exámenes que se aplican desde la crisis financiera de 2008 fueron convocados 33 bancos con al menos US$50.000 millones en activos. Juntos representan más del 80% de los activos bancarios en Estados Unidos.