El presidente venezolano, Nicolás Maduro, empezó a cumplir su amenaza de intervenir las empresas que cesen operaciones, al ordenar la ocupación de la fabricante estadounidense de productos de higiene Kimberly-Clark por sus empleados.
Al mismo tiempo, Maduro aseguró que el Citibank cerrará en 30 días la cuenta que utiliza el Banco Central de Venezuela (BCV) para sus pagos internacionales, lo que atribuyó a un “bloqueo financiero” promovido por Estados Unidos.
Dos meses después de lanzar la advertencia “planta parada, planta tomada por la clase obrera”, el mandatario entregó a los trabajadores el control de la factoría de Kimberly-Clark en la ciudad de Maracay (centro).
La compañía anunció el pasado sábado la suspensión de actividades alegando un “deterioro de las condiciones económicas y de negocio” en el país petrolero, sumido en una severa crisis que mantiene paralizada gran parte de la industria.
“¿Ustedes creen que nos van a detener activando un bloqueo financiero? No, señores, a Venezuela no la detiene nadie. Con Citibank o sin Citibank, nosotros vamos. Con Kimberly o sin Kimberly, Venezuela va”, advirtió Maduro.
El presidente no mencionó los motivos que alega el banco para cerrar el canal a través del cual, dijo, Venezuela paga “en 24 horas todas las cuentas (...) en Estados Unidos y en el mundo”.
Al firmar en la planta el documento que cede su operación a los empleados, el ministro de Trabajo, Oswaldo Vera, reiteró la amenaza blandida por el mandatario socialista en mayo.
“Bienvenido el sector empresarial que quiera acompañar al gobierno, pero empresa que sea cerrada, empresa que va a ser ocupada y abierta por los trabajadores y el gobierno revolucionario”, sostuvo.
Kimberly-Clark justificó su decisión en la falta de divisas para adquirir materia prima y el acelerado aumento de la inflación, de 180,9% en 2015 y proyectada por el FMI en 720% para 2016.
Según la multinacional, instalada en Venezuela desde hace más de dos décadas, ese cóctel hace “imposible operar”.
El gobierno “será responsable del bienestar de los trabajadores y de los activos físicos, equipos y maquinaria de cara al futuro”, señaló en un comunicado.
La fabricante de papel higiénico, pañales y toallas sanitarias había dicho el sábado que si las condiciones cambiaran evaluaría la viabilidad de reanudar actividades. La ley laboral venezolana autoriza la ocupación en caso de “cierre ilegal o fraudulento” de una empresa o de “paro patronal”.
En Venezuela rige desde 2003 un férreo control de cambios, en el que el gobierno monopoliza las divisas. El acceso a éstas, por parte del sector privado, se ha visto más restringido por la caída del precio del petróleo, generador del 96% de los ingresos del país.
De acuerdo con la patronal Fedecámaras -principal gremio empresarial venezolano- más del 85% de la industria estaba paralizada en mayo pasado por falta de materia prima.
Además, el Estado fija el precio de muchos alimentos y productos básicos, lo que según los empresarios ocasiona que no se cubran los costos de producción, y también la escasez de un 80% de los alimentos y las medicinas.
Pero Maduro sostiene que esas distorsiones son inducidas como parte de un plan de desestabilización económica de sus adversarios, para derrocarlo.
Para enfrentar lo que denomina “guerra no convencional” o “guerra económica” , el presidente lanzó el lunes un plan dirigido a garantizar el abastecimiento, que será controlado por él y el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino.
La estrategia subordina a los demás ministros a este “comando presidencial” , aumentando así el amplio poder militar y económico que tiene la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) .
El caso de Kimberly-Clark se añade al de otras corporaciones internacionales que han venido paralizando de forma temporal o indefinida sus operaciones.
En mayo pasado, debido a la falta de azúcar, Coca Cola suspendió gran parte de su producción, reanudada en junio. Igualmente, los grupos estadounidenses Kraft Heinz y Clorox detuvieron recientemente actividades.
Además, el principal fabricante de cerveza de Venezuela, Polar, frenó entre abril y junio la producción de la bebida por falta de cebada. Polar también es el mayor productor de alimentos del país, y fue el blanco de la artillería verbal de Maduro al anunciar la ocupación de empresas paralizadas.