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May se compromete a cumplir el Brexit, a contener la inmigración y una reforma social

La líder conservadora es oriunda de Eastbourne, en Sussex, sureste de Inglaterra y asume con 9 años, seis más que los que tenía Thatcher cuando asumió en 1979.

El miércoles, tras el Brexit y la acelerada renuncia de David Cameron, por segunda vez en la historia una mujer asumirá como primera ministra del Reino Unido. Se trata de Theresa May, conservadora, como su única antecesora en el cargo, la fallecida ex primera ministra Margaret Thatcher.

 May es consideraba una política prudente, abocada al servicio público y sin estridencias, resolutiva y alejada de los círculos de élite conservadores, y aunque como ministra del Interior fue durísima con la Policía no sólo en recortarles presupuesto sino también en la forma en la que los trató, llega a Downing Street 10 con la promesa de una “reforma social” de cara a las negociaciones por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

La líder conservadora -oriunda del pueblo de Eastbourne, en Sussex, en el sureste de Inglaterra- asumirá con 59 años, seis más que los que tenía Thatcher cuando asumió en 1979. Apenas Cameron anunció su renuncia, contó con amplio respaldo parlamentario, pero faltaba la obligada carrera de votos, que terminó ganando con el abandono de quien quedaba como su única rival de interna, Andrea Leadsom.

Tibia defensora de la permanencia en la UE, May llega con el compromiso de llevar adelante la salida del bloque, aunque anticipó que no iniciaría de forma oficial la ruptura con Bruselas al menos hasta fines de 2016. “Brexit significa Brexit y vamos a hacer un éxito de eso”, se confió y remarcó que uno de de sus objetivos será que la inmigración descienda hasta “un nivel sostenible”.

Hija de un pastor anglicano -igual que la jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, con quien también se la equipara-, May, que padece diabetes de tipo 1, estudió Geografía en Oxford, trabajó en el Banco de Inglaterra y fue concejal, parlamentaria, primera mujer presidenta del Partido Conservador y la ministra que más tiempo estuvo en la cartera de Interior en el último medio siglo.

De visión conservadora aunque sin dogmatismo, casada pero sin hijos, amante del cricket, la cocina y los zapatos, Theresa Brasier, tal como fue bautizada, fundó en 2006 la asociación Women2win para defender el acceso de las mujeres al Parlamento.

Y se hizo célebre y con reputación de acero con una frase contra los policías, a los que llamó “vagos y corruptos” y les exigió “más trabajo y menos lloriqueo sentimental”. Sin que le temblara el pulso, le recortó planes y dinero a esa institución.

Sin embargo, en los últimos días, en un giro sorpresivo y una campaña más dirigida, May se comprometió a poner al partido conservador “al servicio” de los trabajadores. Y minutos antes del abandono de Leadsom, dejó en claro su deseo “de abordar la desigualdad y restaurar la confianza en la política”.

En el mar de promesas, May le habló a la ciudadanía y no sólo a sus compañeros de partido que la votaron: “Quiero un país que funcione para todos y no para unos pocos privilegiados”.

En declaraciones tomadas por el diario británico The Guardian, dijo: “Necesitamos un gobierno que brinde una seria reforma social, porque ahora, si naces pobre, morirás en un promedio de nueve años antes que los otros. Si eres negro, eres tratado con más dureza por el sistema judicial que si eres blanco. Si eres un chico de la clase trabajadora blanco, es menos probable que vayas a la universidad; si eres mujer, aún ganas menos que un hombre, y si eres joven, es más difícil que nunca ser dueño de tu propia casa”.