Uruguay decidió adoptar una postura prudente y de cautela frente al proceso institucional que enfrenta Brasil con la remoción temporaria de Dilma Rousseff y su sustitución interina por el vice Michel Temer. El cambio de postura frente a unas semanas atrás se basa en atender la relación bilateral con la principal economía de América Latina, según fuentes diplomáticas en Montevideo.
El Ejecutivo cuidará la institucionalidad con el gobierno del país vecino, cualquiera sea su futuro, en el entendido que la relación comercial con Brasil es fundamental para el Uruguay. En la actualidad, el país norteño es el segundo socio comercial más importante del Estado se argumentó, aún cuanto dentro de la coalición de gobierno hay varios grupos alineados abiertamente detrás de la denuncia de Rousseff que se trata de un golpe que desconoce la legitimidad de los 54 millones de votos que apoyaron a la presidente.
Aún cuanto para el gobierno uruguayo la situación resulta preocupante, mira con respeto y aceptación los procesos propios que vive Brasil, en consonancia con el principio internacional de no intervención en los asuntos internos de otras naciones.
Al respecto el canciller Rodolfo Nin Novoa sostuvo que Uruguay no se pronunciará sobre el tema y agregó que se cumplieron los requisitos constitucionales en el trámite. En rueda de prensa, Nin Novoa dijo que el gobierno uruguayo aspira a que el tema en Brasil se resuelva de acuerdo a los cánones democráticos e institucionales.
Uruguay había iniciado gestiones en la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) para promover una declaración de respaldó a la mandataria brasileña, que finalmente no prosperó. Paraguay Argentina, Chile y Colombia estuvieron entre los países que no apoyaron. El canciller uruguayo admitió que Unasur no logró consenso sobre la postura frente a la crisis en Brasil.
La resolución es que cada país emita el comunicado que considere conveniente, explicó. Reveló que el presidente Tabaré Vázquez se ha comunicado varias veces con la presidenta Rousseff. La alternativa, según el canciller, es que continúe el proceso del juicio político y que resuelvan los brasileños.
La crisis brasileña fue abordada por el consejo de ministros uruguayos el pasado 2 de mayo, pero hubo diferentes opiniones en cuanto a la actitud que debía asumir el gobierno uruguayo. La conclusión que surgió luego de un consenso entre los participantes, fue ante todo cuidar la relación bilateral.