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Islas Falklands: en el fin del mundo queda un bello paraíso

Martes, 26 de abril de 2016 - 12:07 UTC
Los pingüinos, la carta de presentación de las Falklands, en este caso una colonia de los rockhoppers  Los pingüinos, la carta de presentación de las Falklands, en este caso una colonia de los rockhoppers
El museo que guarda mucho de la historia de las Islas, desde su época de colonia a su estatus actual de Territorio de Ultramar El museo que guarda mucho de la historia de las Islas, desde su época de colonia a su estatus actual de Territorio de Ultramar
En la isla de Sea Lion, elefantes marinos descansan sin temor de los humanos. Hay cientos de ellos que se refugian en la isla. En la isla de Sea Lion, elefantes marinos descansan sin temor de los humanos. Hay cientos de ellos que se refugian en la isla.
Los pingüinos Gentoo en una de las playas de las Falklands. Se trata de la segunda población de pingüinos más numerosa en las Islas Los pingüinos Gentoo en una de las playas de las Falklands. Se trata de la segunda población de pingüinos más numerosa en las Islas

Por Julissa Mercado de El Heraldo, Tegucigalpa, Honduras - El Heraldo de Honduras fue testigo de la vida y riqueza natural de las también conocidas como Islas Malvinas. Más allá de la guerra y la soberanía, hay un territorio donde vivir una aventura turística inolvidable.

 Su belleza natural y riqueza histórica compensó el largo viaje de El Heraldo al llegar a las maravillosas Falkland Islands, conocidas en nuestra región como islas Malvinas.

De este pequeño territorio compuesto por 778 islas, ubicado a 560 kilómetros hacia el oriente del fin de Sudamérica, muchos solo recuerdan los tristes episodios que dejó la guerra ocurrida en abril de 1982.

El conflicto entre los argentinos y los británicos por el reclamo de la soberanía es ahora un recuerdo de los Isleños, quienes se proclaman independientes, pero con la protección del Reino Unido.

El gobierno local de las Falkland Islands promueve los resultados del referéndum de 2013, en donde se le consultó a los Isleños si querían seguir siendo un territorio protegido por el Reino Unido.

En esta ocasión participó el 92% de sus 3,000 habitantes y de estos, el 99.8% plasmó su deseo de continuar como un territorio de ultramar autónomo del Reino Unido.

Pero, más allá del tema político e histórico, este rinconcito ubicado casi en el “fin del mundo” enamora con sus atributos naturales y la estructura de su sociedad, que asombrosamente se libra de la violencia que aquejan a países como Honduras, Centroamérica o el continente americano en general.

Una invitación del gobierno de las Falklands hizo posible que cinco periodistas de reconocidos medios de comunicación de Belice, El Salvador, Costa Rica, Panamá y Honduras fueran testigos del tesoro que aún guarda nuestro mundo.

El Heraldo participó en esta aventura, que inició mucho antes de llegar a Punta Arenas, Chile, de donde parte a las 7:45 de la mañana el único vuelo que previamente sale desde Santiago de Chile cada sábado hacia las Falkland Islands.

Un par de horas después, la aeronave del vuelo comercial LA 991 aterrizó en la base militar de Mount Pleasant, el único cuerpo uniformado del Reino Unido, ubicado a 53 minutos de Puerto Stanley, en las Falkland Islands.

Es en este puerto donde habita el 75% de la población total de las islas.

Ahí se ubica la Casa del Gobernador, quien representa a la Reina de Inglaterra, además de toda la estructura de gobierno y la Asamblea Legislativa electa, principal órgano de gobernación.

El puerto es un lugar tranquilo, con estructuras pintorescas de madera muy al estilo inglés, pero protegidos de las frescas temperaturas, que en el “cálido” verano llegan a 8 grados centígrados, y al caer el invierno pasan de 4 grados a -5 grados centígrados.

La riqueza de Sea Lion Island

Las islas que tiene una extensión territorial de 12,000 kilómetros cuadrados, se presta para varios tipos de turismo, desde encuentros personales con la flora y fauna a la pesca natural de trucha, senderismo, recorrido de los lugares históricos y culturales.

Todos ellos en pequeñas islas diferentes, una de ellas denominada Sea Lion Island, la Isla del León Marino, ubicada a 45 minutos en un vuelo ofrecido por el Servicio Aéreo del Gobierno de las Falkland Islands, desde Puerto Stanley.

Aquí la aventura se vuelve impresionante, no solo por saber que este pequeño archipiélago se encuentra a tan solo cuatro horas del polo sur, sino porque aquí se enriquece el ambiente con la presencia de los adorables pingüinos.

Son cinco tipos de pingüinos los que aquí habitan: king, gentoo, rockhopper, magellanic y macaroni. Estas grandes colonias no se mezclan entre sí, pero se encuentran a cortas distancias en vehículo. Este servicio le ofrece el único albergue de la isla, en donde habitan por siete meses cinco personas, que atienden a los turistas en el hotel, que tiene una capacidad de 25 personas.

Y es que esta es una área protegida que alberga miles de pingüinos parte de los cientos de miles que albergan en las Falklands/Malvinas. También se encuentra el mayor número de las 700 parejas de elefantes marinos y leones marinos, así como las 47 especies de aves que habitan en la isla.

Turismo en crecimiento

Según Kyle Biggs, gerente del Centro de Información Turística El Embarcadero, la idea del gobierno local es que los turistas, que actualmente llegan en su mayoría por cruceros, puedan quedarse un poco más de tiempo en las islas.

Sin embargo, las limitaciones de un vuelo semanal, debido al poco reconocimiento de la soberanía de las Islas, impiden que este flujo de personas aumente.

Aunque explicó que el gobierno local evalúa la posibilidad de un vuelo desde Miami y otro desde Brasil.

En cuanto al presupuesto detalló que se requiere cerca de 1,000 libras esterlinas para mantenerse en las Islas por una semana. De este total, 800 libras se invierten en hospedaje y 200 en alimentación. Esto sin olvidar el pasaje de ida y regreso, que ronda las 1,800 libras esterlinas.