El ex presidente Lula da Silva acusó este sábado a la élite brasileña de “no gustar” de la democracia, al recordar el suicidio de Getulio Vargas en 1954 en una intentona golpista y el exilio sufrido por el presidente Joao Goulart luego del golpe de Estado de 1964, al defender a la presidenta Dilma Rousseff.
Y, también, comparó las frenéticas negociaciones con los diputados para la votación del domingo sobre el juicio político de Rousseff al sube y baja de la Bolsa de Valores.
Necesitamos decir que no nos vamos a matar, no nos vamos a exiliar. Nos gusta la vida, dijo Lula ante movimientos sociales que acampan en Brasilia para participar el domingo mañana de la manifestación durante la votación sobre el juicio político contra Rousseff.
Lula afirmó que está trabajando para juntar votos para evitar que la oposición llegue a los 342 necesarios para elevar al Senado el juicio político de su delfín político, Rousseff.
De acuerdo a la prensa Lula y Rousseff están presionando a gobernadores y legisladores de los estados del norte y noreste del país, la base de sustento del gobierno del PT y que más dependen de los fondos del gobierno central.
En un momento suben, en otro momento bajan, parece la Bolsa de Valores esto, hay que conversar las 24 horas del día, comparó.
Frente a centenares de dirigentes y militantes de las centrales sindicales, núcleos indígenas, movimientos campesinos como los Sin Tierra (MST), Lula pidió evitar caer en provocaciones.
El ex mandatario fustigó al vicepresidente Michel Temer y lo desafió a presentarse como candidato en 2018.
Si Temer quiere ser candidato, que lo haga pero no a través de un golpe, afirmó Lula.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) enfatizó que a las élites no le gusta la democracia y citó la conjura que terminó con el gobierno democrático de Vargas en 1954 y el golpe que llevó al exilio a Goulart en 1964, quien finalmente murió desterrado en la provincia de Corrientes, Argentina, en 1976.
Las clases dominantes se incomodan cuando el pueblo asciende socialmente, pero el pueblo quiere paz para trabajar, para mantener a la familia. No podemos habituarnos en este país a esto que ocurre contra el Estado de Derecho. No podemos andar de golpe en golpe cuando el gobernante no está bien en las encuestas, sostuvo.
El ex presidente (2003-2010) pidió a los movimientos sociales no aceptar provocaciones por parte de los opositores durante las manifestaciones en Brasilia y en el resto del país, a la par de la votación del juicio político de Rousseff.
Están esperando que haya disturbios y acusarán de esto a los movimientos sociales, cuando en realidad los que provocan disturbios son los que quieren derrocar a una presidenta electa que no cometió ningún delito para ser sacada del cargo, dijo el ex mandatario.
En el Hotel Tulypp de Brasilia, Lula, cuya asunción como jefe de ministros está suspendida, instaló su cuartel general de negociaciones.
En el lugar, opositores se manifiestan contra el ex presidente y el gobierno para presionar a los diputados que acuden al lugar para negociar.