El ex presidente brasileño Lula da Silva, jefe de gabinete “suspendido” por la Justicia, desplegará una intensa agenda de reuniones esta semana con dirigentes políticos para sumar votos en contra de la destitución de Dilma Rousseff. A pesar de que no puede ejercer el cargo para el que juró la semana pasada, pues está “suspendido” por la Corte, Lula “actuará como ministro informal”, publicó el diario Folha de San Pablo.
Está previsto que mantenga conversaciones con miembros del gabinete y dirigentes del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que es socio mayoritario de la coalición gobernante, pero parte de sus legisladores anticiparon disposición de votar por el “impeachment”
La intención del líder del Partido de los Trabajadores (PT) es persuadir al PMDB que rechace el “impeachment” contra Rousseff, que comenzó a ser tratado la semana pasada en una Comisión Especial creada en Diputados, dijo un allegado de Lula al diario Folha de San Pablo.
Dicha Comisión de 65 miembros presentará un parecer ante el Plenario de Diputados que lo evaluará y luego votará sobre el particular.
Por tratarse del enjuiciamiento político de la Jefa de Estado para que éste sea aprobado requiere de una mayoría especial 342 de los 513 miembros de la Cámara Baja. Un asesor de la presidenta dijo al diario Folha que a partir de hoy el gobierno y Lula se embarcarán en una guerra a “matar o morir” para abortar el “impeachment”.
Junto a los aprestos del oficialismo también la oposición procura convencer a los legisladores de aprobar el proceso contra Rousseff.
Los dirigentes de la agrupación Ven a la Calle, una de las que organizó las masivas movilizaciones opositoras del domingo 13 de marzo, enviará a sus miembros a dialogar con los diputados que integran la Comisión Especial de Impeachment.
Paralelamente esa entidad surgida el año pasado a través de las redes sociales, publicó recientemente los nombres de todos los congresistas y como votarían sobre la destitución de Rousseff.