El senador y ex presidente de Brasil Fernando Collor de Mello abandonó al Partido Laborista, que apoya abiertamente un juicio político contra la jefa de Estado, Dilma Rousseff, como el que él enfrentó antes de renunciar a la Presidencia en 1992.
La presidenta del PTB, Cristiane Brasil, pidió la unidad a toda la bancada del partido en la Cámara de los Diputados y en el Senado en torno al objetivo de impulsar el juicio político contra la jefa de Estado.
Este gobierno acabó. Ya no tiene condiciones morales de continuar y hace falta que la dirección nacional del PTB y su bancada parlamentaria estén absolutamente unidas en favor del pueblo brasileño, manifestó la dirigente en un comunicado.
Collor se vio obligado a renunciar a la Presidencia de Brasil en 1992, en momentos en que el Congreso, que se había volcado en su contra en medio de un escándalo de corrupción, se aprestaba a votar su destitución.
El Parlamento le privó de sus derechos políticos por un período de ocho años y volvió a la política en 2002, después de que fuera absuelto de los cargos de corrupción que le llevaron a renunciar al poder.
El senador por el estado de Alagoas (noreste) afirmó, por medio de un comunicado, que está escuchando invitaciones para afiliarse a otros partidos políticos.
En plena crisis política de Brasil, la Cámara de Diputados inició le jueves el trámite previo a la votación en la que se decidirá si se inicia el juicio político contra Rousseff.
Una comisión especial compuesta por 65 senadores analizará la cuestión durante quince sesiones, la primera de las cuales se celebró hoy, y después la someterá a votación.
Si se pronuncia a favor del juicio político, la comisión pasará la palabra al pleno de los 513 diputados, en el que el proceso avanzará si es respaldado por una mayoría calificada de dos tercios (342 votos).
En caso de que los diputados decidan seguir con el proceso, el turno será del pleno del Senado, que por mayoría simple decidirá si archiva la causa o inicia lo que sería el propio juicio político.
En ese último caso, Rousseff deberá separarse del cargo hasta que concluya el proceso, que tendrá un plazo de 180 días, y en ese período será sustituida por su vicepresidente, Michel Temer, quien completará el mandato que concluye el 1 de enero de 2019 si se llegara a la destitución.