La inflación de China se aceleró el pasado febrero hasta un 2,3% respecto al mismo mes de 2015, su nivel más alto en año y medio, impulsada por la subida de los precios de los alimentos y el pico del consumo en el Año Nuevo lunar.
La Oficina Nacional de Estadísticas china publicó este jueves un índice de precios de consumo (IPC) que superó las previsiones de los analistas, así como el indicador del sector mayorista, el índice de precios al productor (IPP), que atenuó su caída al bajar un 4,9% interanual, pero enlaza ya cuatro años (48 meses seguidos) en deflación.
La inflación de China aumentó cinco décimas respecto al registro de un 1,8% de enero y se situó en cotas que no alcanzaba desde julio de 2014, tras permanecer el último año y medio por debajo de un 2% interanual.
El mayor encarecimiento mensual de los alimentos en cuatro años, de un 7,3% interanual (frente a la subida de un 4,1% de enero), propició este repunte del IPC de la segunda economía mundial en febrero.
Yu Qiumei, de la agencia estadística china, atribuyó esta subida al frío que afectó a la oferta de verduras y carne de cerdo y a la mayor demanda por las vacaciones del Año Nuevo lunar, la principal festividad de China, junto al incremento de los costes laborales.
En concreto, los precios de las verduras se dispararon un 30,6% en comparación con febrero de 2015, su mayor subida en ocho años, y los de la carne de cerdo, otro 25,4%.
Una alza tan aguda en los precios de los alimentos ha sido bastante rara en los últimos años, explicó la analista para China del banco HSBC Julia Wang en un comentario, en el que calculó que tendrán que pasar al menos dos meses para que los precios se normalicen.