El Supremo Tribunal Federal de Brasil hizo lugar a una acción promovida por el oficialista Partido de los Trabajadores que puede obligar a la oposición contar con mayoría especial para aprobar el inicio de un proceso de impeachment contra la presidente Dilma Rousseff. La interpretación de la Corte anunciada este martes de cierta forma 'enfría' la escalada política.
El ministro Teori Zavaski, del Tribunal Supremo Federal, emitió un parecer que obliga a que el pedido de impeachment cuente con el voto de 3/5 de la Cámara de Diputados y no de mayoría simple.
Esa disposición del magistrado anula una interpretación del reglamento realizada por el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, según la cual era necesario sólo una mayoría simple para iniciar el proceso hacia un eventual juicio de político., de impedimento o impeachment.
Por su parte, Cunha resolvió aplazar para la semana próxima la decisión de acoger o archivar el principal pedido de destitución contra Rousseff.
La decisión fue tomada por el diputado del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) después de reunirse con líderes de la oposición y dada a conocer por Cunha, quien a su vez es investigado por presuntos nexos con el escándalo de corrupción de Petrobras.
Los opositores me contactaron y pidieron que no analizara hoy el pedido de Hélio Bicudo para aguardar el añadido. Entonces, voy a esperar, dijo Cunha, citado por el portal del diario Folha de Sao Paulo.
La decisión del Supremo Tribunal Federal de Brasil fue en respuesta a un mandato de seguridad, acción promovida por un diputado del oficialista Partido de los Trabajadores, Wadih Damous, para obstruir la estrategia de la oposición.
En su fundamento el juez del Supremo solicita a Eduardo Cunha que explique su interpretación del reglamento sobre cómo debe ser tratado un eventual pedido de impeachment.
De esta forma la más alta Corte no da por cerrado el caso y aguardará la respuesta del diputado Cunha que pese a todo puede dar curso al impeachment valiéndose de otras vías procesales.
La decisión emanada del Supremo Tribunal Federal en principio respalda la estrategia del partido gobernante pero no anula la disputa en el Congreso donde oficialistas y opositores continúan con sus despachos para una eventual batalla” política en el recinto.