La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff suspendió su descanso del lunes y retornó a Brasilia donde se dedicó a monitorear al equipo de ministros que preparan un plan para evitar la votación del juicio político o “impeachment” anunciada por el jefe de Diputados, Eduardo Cunha.
Rousseff trabajó este lunes en el Palacio de Alvorada en Brasilia, a donde llegó el domingo procedente de la sureña ciudad de Porto Alegre, luego de suspender su descanso que iba a prolongarse hasta este lunes, Día de la Patrona Nacional de Aparecida.
Desde la residencia oficial de Alvorada la mandataria monitoreaba los cabildeos de este lunes y no se descarta que encabece alguna reunión con ministros y asesores frente a la posibilidad de que le martes el Congreso vote el inicio de un proceso de juicio político o “impeachment”.
“Tenemos que tener mayoría en el Congreso, tenemos que hacer valer la coalición” con el Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), dijo la Jefa de Estado a poco de retornar a la Capital Federal el domingo. Poco después de su desembarque mantuvo una reunión con el ministro Ricardo Berzoini, de la secretaría de Gobierno, y Aldo Rebelo, de Defensa, a los que dio orientaciones para trabar una batalla que promete ser dura en el Legislativo.
La disputa se desatará si el jefe de la Cámara Baja, el poderoso Eduardo Cunha, da curso al enjuiciamiento por impedimento. Aunque pertenece al PMDB, partido aliado al gobierno, el diputado Cunha declaró oficialmente su paso a las filas opositoras el 17 de julio pasado.
“En realidad no hay ninguna acusación contra la presidenta pero Eduardo Cunha parece una fiera herida y podrá aceptar un pedido de impeachment”, comentó un ministro que estuvo en Alvorada.
El funcionario opinó que “el escenario es imprevisible” dado que Cunha, luego de ser acusado por la Justicia de Suiza detener cuentas secretas, al parecer está dispuesto a generar una conmoción con el inicio de un enjuiciamiento por impedimento.
Otro miembro del equipo de Rousseff consideró probable que Cunha dé luz verde al “impeachment” y de hacerlo “será su último acto antes de ir a la horca”, afirmó el funcionario en diálogo con el sitio del grupo Globo.
A partir de este martes se pone a prueba la eficacia del nuevo gabinete presentado hace una semana por Rousseff con Jacques Wagner como figura central pues fue nombrado al frente de la Casa Civil el equivalente a la jefatura de gabinete.
El viernes por la noche la prensa local informó que la Justicia brasileña recibió de Suiza datos de las cuentas de Cunha y gastos en varios países, incluso en una academia de tenis de Florida, Estados Unidos, pagados con dinero presuntamente originado en sobornos procedentes del escándalo conocido como “Petrolao”.
Horas después de esa revelación los principales partidos opositores, incluido el Partido de la Social democracia Brasileña, encabezado por Aecio Neves solicitó a Cunha que deje su cargo hasta que se esclarezcan las denuncias.
En el Palacio del Planalto entienden que ante la eventualidad de tener que dejar la Presidencia de Diputados Cunha analiza varias salidas políticas y una sería acelerar la tramitación del “impeachment”, para lo que necesita quórum de 257 congresistas, sobre un total de 513, para abrir la sesión.
Y una vez iniciada solo requiere de mayoría simple para votar la apertura del trámite para analizar la viabilidad del enjuiciamiento a la Jefa de Estado.
Otra fórmula que, según especulaciones, podría ser usada por Cunha es firmar la apertura de un proceso de análisis de “viabilidad” del “impeachment” basándose en el parecer del relator del Tribunal de Cuentas.
Mientras las huestes del gobierno y la oposición se aprestan a lo que puede ser una disputa intensa en el Congreso, también hay novedades en el Poder Judicial.
Diputados del PT solicitaron al Supremo Tribunal Federal que impida a Cunha la iniciación de un juicio político. Si los datos procedentes de Suiza afectaron seriamente la situación del diputado Cunha, no se descarta que situaciones similares enfrenten otros políticos y empresarios.
Ocurre que la Justicia del país europeo bloqueó los depósitos de Cunha junto a otras 100 cuentas en las que hay unos 270 millones de dólares, según informó este lunes la Agencia Estado.
Los nombres de los titulares serán revelados en tramos hasta 2016 y luego de que los fiscales que trabajan en Berna reciban en noviembre al procurador general de Brasil, Rodrigo Janot.
Meses atrás estuvieron en Suiza, donde les fue cedida documentación, un grupo de procuradores federales del estado sureño de Paraná, donde se lleva adelante la causa “Lava Jato” (Lavado Rápido) por estafas cometidas contra la petrolera Petrobras.
El juez Sergio Moro, que ganó reconocimiento por su forma de trabajo eficaz, tiene a su cargo el juzgamiento de los ex ejecutivos de Petrobras y políticos que no ejercen cargos legislativos ni ejecutivos.
Pero los legisladores en funciones, como es el caso de Eduardo Cunha, gozan de foro especial que les permite sólo ser juzgados en el Supremo Tribunal Federal.
En caso de que Cunha renuncie a su condición de diputado, considerada improbable en el corto plazo, perdería sus privilegios y sería procesado por el implacable juez Moro que ya apresó presos a altos dirigentes del PT, como José Dirceu el ex hombre fuerte del gobierno del presidente Lula da Silva.